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(77) ASPECTOS DEL MOVIMIENTO MISIONERO (1618-1650) 29 No fué tan feliz en superar los obstáculos que se oponían a la segunda expedición de misioneros que se hizo a la vela en Cádiz a principios de octubre de 1647. Hubo retrasos enojosos que más de una vez pusieron en peligro el desenlace de la em– presa comenzada; y de ellos quisieron hacer responsable a Fr. Francisco. Los misioneros italianos le acusaron de mala fe, de exagerado patriotismo, pues había trabajado por impedirles el embarco y reservar la misión del Congo a los españoles ( 2). No fué difícil tarea demostrar lo infundado de aquellas sospe– chas; y Fr. Francisco podía con toda verdad asegurar qué sin su intervención personal los expedicionarios extranjeros al Congo hubieran tenido la misma triste suerte tocada por aque– llos ,días a los misioneros jesuitas, quienes a pesar de influyentes y poderosas recomendaciones hubieron de renunciar al viaje proyectado para las Indias occidentales ( 3). Pero tampoco los misioneros españoles estaban conformes con la actuación de Fr. Francisco y hasta se lanzó la idea de que había informado secretamente al Rey de la presencia de algunos extranjeros, que, burlando la ley, tomaban parte en la tripulación del na– vío que conducía .a los misioneros, con lo que hahía sido causa de negársele el permiso de hacerse .;:i la vela. Se dice que Fr. Francisco no nep;ó el hecho, pero se justificó diciendo que a tanto le obligaba la fidelidad a su Rey ( 4). Otros, y entre ellos personas tan sensatas como los PP .. Antonio de Oviedo ( 5) y Antonio de Teruel (6), se opnían por diferentes razones a que continuara él ocupándose del despacho y expedición de las misiones, pues como decían los Superiores de Castilla, recar– gando sin duda demasiado los colores, « iustum nobis vismn est V estris Eminentiis deminciare Fra.trem Franciscum a Pamplona nullatenus aptum esse ad praediotas missi-0·– nes dirigendas tum propP..er eius acriorem indolem, quam par ~st, immiteque ingenium pa,ci et quieti missionariorum parum aptum, tum quia, ut experient.ia docuit, in his duabus missionibus suae cume 108, f. 170. En abril de 1644 le escribía desde Sevilla ponderando los excelentes servicios prestados por Fr. Francisco y la grande reputación de que gozaba ante el Rey y sus ministros. Cf. ibid., vol. 123, f. 156. (2) Carta de Dionisio de Piacenza a Mons. lngoli, Cádiz, 16 de septiembre 1647. Cf. Arch. Prop. Fide, Scritture antiche, vol. 9°1, f. 256. En el fol. 257 hay otro informe del mismo P. Dionisio al Procurator General de la Orden en el que le da las mismas noticias .desfavorables a,cerca de Fr. Francisco. - (3) Carta de Fr. Francisco a Mons. lngoli, Cádiz, 13 octubre 1647; y otra a los Cardenales de Propaganda Fide con la misma fech.1. Cf. Arch. Prop. Fide, Scritture antiche, vol. 97, f. 154 y 156. Acerca de las ;peripecias de los misioneros jesuitas a que se alude, cf. LÁZARO DE AsPURZ, La aportación extranjera a las misiones españolas d,el Patronato regio, p. 203, (4) Cf. LÁZARO DE AsPURZ, En el tercer centenririo de la vocación misional de Fr. Francisco de Pamplona (1642-1942), in Verd. y Carid., 1943, t. XX, p. 22. (5) Carta de Antonio de Oviedo -a Mons. lngoli, üídiz, 26 septiembre 1647. Cf. Arch. Prop. Fide, Scritture antiche, vol 9i, f. 255. (6) Carta de Antonio de Teruel a Mons. lngoli, Cádiz. 4 octubre 1647, Cf. Arch. Prop. Fide, Scritture antiche, vol. 97, f. 145.
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