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(69) ASPECTOS I>RL MOVIMIENTO MISIONERO {l 618-1650) 2'1 Y, efectivamente, nombró misioneros algunos religiosos castellanos sin el previo consentimiento de sus prelados; mas el Provincial de Castilla reaccionó declarando nulo el nombra– miento (9). Como consecuencia huho recursos por una y otra parte a Roma. La S. Congregación pidió informes al Nuncio de Madrid y éste reconoció el pleno derecho del Prelado castellano. « Tengo para mi -escribía el 18 de agosto de 1646- que podría ser causa de serios inconve1liPntes si los religioso,- de esta provincia fueran destinados a la misión de Guinea sin el com,entimiento del Provincial y su Definitorio; como también, juzgo que podría causar funestos efectos, si la elección de los misionero1, se llevara a cabo sin el pleno conocimiento de las cualidades ele los mismos, que s,e supone poseen mejor que nadie los propios snp·eriores )) (10). Más atravida y exagerada que la del Provincial de Anda– lucía era la pretensión de Fr. Franciscü de Pamplona, muy conforme por lo demás con su carácter decidido y emprende– dor. Escarmentado, sin duda, por las dificultades con que tro– pezaba en el reclutamiento de vocaciones misioneras, con fecha 30 de abril de 1647 pedía a la S. Congregación la facultad de disp~mer de los religiosos sin la intervención de los Provincia– les, fundando su modo de ver en que algunos (fo éstos se ne– gaban a dar los permisos necesarim1, y esto no por falta de re– ligiosos en la provincia, sino porque deseahan disponer de mu– chos más y desconfiahan del porvenir, contraviniendo así al precepto de la Regla ( 11). Sin embargo, la práctica com,tantemente seguida por Pro– paganda Fide era no conceder las patentes de misionero sin la aprobación previa y el consentimiento del. respectivo Provin– cial, y mucho menos contra el parecer del mismo (12). De or– dinario clelegaha al Nuncio de Madrid para que redactara el informe sohre las cualidades de los candidatos; y aquél después de interpelar a los superiores enviaha el dictamen a la S. Con– gregación, la cual a veces pedía informes a la Curia General, evitando dejarse influenciar por las recome11tlaciones que los súbditos se procurahan fuera del ámbito jurisdiccional de sus prelados. (9) Carta de José de Pernambuco a Propaganda Fide, Madrid, 20 noviem– bre 1645. Cf. Arch. Prop. Fide, Scritture anticlrn, vol. ll0, f. 64. - Carta de Fr. Bartolomé <lel Prado, Toledo, 9 enero 1646. Cf. ibi<l., f. 96; MELCHOR DE PonLADURA, Génesis del movimiento misional, lug. cit., p. 374. /10) Carta <lel Nuncio al card. Prefecto, Madrid, 18 agosto 1646. Cf. Arch. Prop. Fide, Scritturc anticlve., vol. ll0, f. 130. Repetía fos mismos conceptos en otra carta fecha 29 a11osto del mismo año. Cf. ibid., f. 141. (ll) Carta de Fr. Francisco de Pamplona a Propaganda Fide, Sevilla, 30 abril 1647. Cf. Arch. Prop. Fide, Scritture antiche, vol. 145, f. 260. (12) Así lo hizo saber la S. Con11regación a cuatro religiosos de la provin– cia de Aragón, que el 24 de junio de .1647 pedían que ,;e les enviara la patente de misioneros directamente y no por medio de su Provincial. Cf. Arch. Prop. Fide, Scritture antiche, vol. 145, f. 284.
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