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ENCICLOPEDIA DEL Jl,fiJNDO CATÓLICO: úancia». Esta doctrina es que, según el estado actual de la cuestión, la utilización de la píldora anovulatoria como medicina está permitida para curar una enfermedad, una debilidad o un funcionamiento anormal del organismo; en ese caso, la esterilidad temporal que se sigue se considera como un efecto indirecto. C) Obligaciones respecto a la comunidad familiar.-La vida comuni– taria exige de los cónyuges habilidad administrativa, amor al ahorro, amor a la vida doméstica, respeto mutuo y espíritu de abnegación. Pero por tratarse de una institución ordenada a la santificación personal, se exige la solidaridad. No puede haber bienestar o salvación por. separado, sino que cada uno debe sentirse obligado para con el otro. D) Las obligaciones de los 7wdres con sus hi¡os.-La responsabilidad 1'mrental se extiende a toda la vida de la prole. La primera exigencia es aceptar los hijos como una bendición de Dios y disponer las condiciones para el perfecto logro de los designios de Dios. El amor y respeto pro– fundo para con el niño exige esmerado cuidado en el mismo acto matri– monial. Debe evitarse todo estado de ánimo o condicionamiento físico c1ue pueda afectar desfavorablemente la formación del feto. La obliga– ción del cuidado paterno se extiende también al desarrollo cultural, pro– fesional y social de los hijos. E) Deberes de los hi¡os con sus padres.-Estos deberes vienen refor– zados en la Sagrada Escritura con promesas y amenazas (Ex 20, 12; Eccli :3, 2). Las obligaciones fundamentales de los hijos puede reducirse a cuatro: respeto, obediencia, amor y gratitud. a) Respeto y reverencia, fundados en el carácter religioso del miste– rio de la vida. Los padres colaboran con la omnipotencia y la majestad de Dios, fuente de toda vida y, por consiguiente, de toda autoridad. Tam– bién ellos se hacen partícipes del respeto sagrado debido a la divinidad. La edad viene a reforzar este respeto y veneración, según el consejo de la Escritura: «Ilijo, acoge a tu padre en su ancianidad y no le des pesares en su vida. Si llega a perder la razón, muéstrate con él indulgente y no le afrentes por qué estás tú en la plenitud de tu fuerza» (Eccli .3, 12 ss.). Esta virtud del respeto excluye el avergonzarse de sus padres por motivos de pobreza o defectos físicos, injuriarles, despreciarles o levantar la mano contra ellos. b) Obediencia.-La autoridad de los padres es un dique a la disper– sión de la personalidad del pequeño. La confianza en la bondad y en la sabiduría del padre -reflejo de la bondad y sabiduría divinas- hace que 1104

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