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4ó3 La expresión, por consiguiente, de Plan Pastoral de Misiones no hace referen– cia a la totalidad de la Pastoral --en este sentido el enfoque del problema sería mucho más amplio-, sino sólo en lo concerniente a una de las tres partes de esta ciencia, la del "mínisterium verbi". Y ni siquiera a ésta en toda su amplitud, antes únicamente en lo relativo a una de las varias formas del apostolado de la palabra, a saber; las Misiones Parroquiales. PLAN PASTORAL ORGÁNICO Y se añade este nuevo calificativo "orgánico" -plan pastoral oi'gamco--, por– que, como ciencia de la vida, la Pastoral se .caracteriza por sus dotes de jerarquía, orgánica y escatológica. Propende a un desarrollo progresivo que se inicia en la "in aedificationem Corporis Christi" y termina en la perfección que revela esta fra– se: "in virum perfectum, in mensuram aetatís plenitudinis Christí" (Ephes., 4, 12-14). Y en este avance vital, todo ha de discurrir en completa progresión y armonía, de organismo y de partes, de fin y de medios. Y no observar este cánon es incurrir cu anormalidades que lo mismo pueden próducirse por carta de más que por carta de menos. La herejía de la acción, por ejemplo, como el enervante quietismo, e iluminismo, son brotes de protuberancia irregular en la vida psíquica; igual que, en el orden físico, el desarrollo desproporcionado de una parte del cuerpo, con men– gua de las otras, origina lo grotesco. Orgánico, asimismo, en el empleo de medios según lo demar1den las necesidades. No hay que dar preferencia excesiva a los unos sobre los otros, antes todos deben guardar relación. Pues, la Historia, de consuno con la experiencia, está conteste en enseñar que cuántos, en el ministerio apostólico, han querido ser exclusivistas, dán– dose al fomento de uno de los medios de salud con preterición de los restantes, han logrado muy poco: levantar paredes, pero, sin cubrir el techo, ni lograr jamás coronar la obra. qtcmos algunos hechos : Han sido los partidarios de sólo lo li'tú1'gico -que de suyo tiene tanta potencialidad para producir efectos maravillosos-, los que están ahora de vuelta por el fracaso de sus ensayos partidistas. Liturgia sin predicación, esto· es, sin una oportuna enseñanza que aclare y disponga a vivir el sentido íntimo de lo religioso, es como libro cerrado y que no se consigue despegar sus hojas. Es mantenerse en la exterioridad, en el aspecto fragmentario de ritos y. ceremonias. Puede esto atraer por la solemnidad o por la seriedad, por el canto de las alabanzas o por el ritmo de las postraciones ; pero nos deja fuera del misterio. Lo santo queda aún oculto por velo tupido, y no se alcanza a penetrar en la intimidad. Y con semejante situación, es un hecho que no se adelanta, antes se corr.! el albur de que aparezcan, en el vivir de los mismos fieles participantes de los oficios,

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