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1.?.?............................................... 1- R•... sr:s'fo.. M.• .. nrt .. PJ<'.SQllJ<'.RA,.. º· .. J<'. .. M., ... c.-~!'.:...................................................... · feccionamiento de los espíritus y la mejora de las colectividades, y descubrir lo eterno de cada hora, con el fin de impulsar a las almas incesantemente a remontar el vuelo hacia las alturas. Por otra parte, la Misión reconoce, como su deber esencial y función espe– cífica, el hacer cristianos a los h'1mbre;; y volverles de día en día más religiosos. Tiende a ccmvnicark~, cnn pn.gre~i,a intu1sidad_, la vida misma de Cristo: la vida sobrenatural que El trajo para todos. Y vn este rnblime cprr,etido, junto rnn la per– fección de la pcrnona, se knza a la rc;:r;,, :ani1.ad (m de ]:.; müm1a soci-:dé:d; actilta sobre los individuos y sobre las masas. Aú·nde a convertir ln° ,·· :·_, "·" ·s y a reno– var, en su vitafü:mo, a las Parroquias. Y rn radio de acción se prolonga más allá de las fronteras del di:>trito parroquial para englobar toda una región y adueñarse de los centros que hay en ella y que ejercen mayor influjo sobre la sociedad. La agita un decidido empeño de llevar a Crifto a todns los dominios de la vida, ecle– siales o profanos; y hacer prcFcntc, en medio del mundo, la obra de Dios, la Iglesia, como fermento regenerador y C{lmo potencia que se mueve en el seno mismo de la sociedad paganizada a fin de reimcgrarla a la wrdad y a la santidad. Las Misiones Parroquiales se pi.men primordialn,cnte al servicio de lm que ya creen para ayudarles al logro de la perfección, m:;is sin olvidar a las ovejas extra– viadas. Y así, una vez que les constituye en luz, les transforma en apóstoles, en focos de irradiación, en miembros vives dd Cuerpo Místico, para atraer a los demás y convertir t<,1da la comun;dad cristiana en e,tado pcrmanent'c de l'vtisión, que es lo mismo t~w.~ decir, en fn:ntc de 1'..!cb d~l b;~n contra el mal. Nada de brazos caídos ni de có,tianos h1dokntcs; antes todcs unos_, sin ser nadie ajeno ante el dolor o las alegrfas de los otros. Ahora bien, tan encumh,·¡;.J:.,r; cimas no pueden escalarse con sólo el esfuerzo de una Misión, nor nrny bien ql'-' r<.',,nhc; h«n dé' ,.cr meta a lograr mediante repe– tidas y bien c:,tudiada~ v mgani,..:d;::s J'vfr,zorn~s, pucrrus en ejecución con toda maes– tría, y, sobre todo, enriquecidas con un pletorismo cxtn1ordinario de savia sobre– natural. En estos "cursos de Mi~ión" u ·Organización sucesiva de Misiones, no ha de procederse con el despiste y tanteo de lo desconocido_, cerno· en los ensayos de la. primera vez. Han de consultarse y apron~r:harse las experiencias, las técnicas y datos de la anterior o anteriürcs; hay que analizar las vivencias nuevas del momento pre– sente, pues pueden ser completamente dispares -un. pueblo pacífico y de sana moralidad queda totalmente alteradn en su fisonomía religiosa con sólo abrir el portillo de hoteles para turistas o de residencias para muchedumbres veraniegas-. Son nuevos aspectos que procede analizar y, a la vista de ellos y a base de lo ya antes logrado y de lo que quedó aún por conseguir, obrar luego de modo que se asegure mejor la conquista del futuro para Cristo.

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