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:?~:............................................... FR... SIX'rü ..:\-1,•.. IJÉ _.Pr:sQt:ERA, _ _o.___ F.__ :11. •• .CAP.·············--······································ 3." De la unión con Cristo al amo1· y sanificio por los cristianos. Más aún: la misma conversión que provoca la gracia misional ne. es, en sí, sino un germen. El Sacramento de la Penitencia cumple en este proceso un papel capi– tal; pero el solo estado de gracia con que la enriquece, no hace que la conversión llegue a su meta. Ese germen vital puede atrofiarse, morir en cualquier momento. Precisa de savia. Y la savia fecundante de la nueva vida es la Comunión. Ella la hace florecer en obras. buenas y en frutos de santidad; ·1a impele a la entrega al Señor y al apostolado en favor del prójimo. Transforma en testigos y almas activas a cua.11tos dignamente la reciben, y es causa de los "efectos saludables" en el querer y bien obrar de cada dfa; da carácter de permanente y duradero a la conversión inicial, ·y la corona con el don de la perseverancia. Por otra parte, las corrientes de espiritualismo de nuestros tiempos y las direc– trices emanadas de la Santa Sede no pueden por menos de forzar al apóstol a proponer este Sacramento como el gran vínculo de unión entre los cristianos. Quien reflexiona sobre la realidad de la inmolación y entrega continua de Dios a las almas y gusta de las .delicias de este .hecho, es imposible que permanezca estoico ante las angustias y tragedias de los demás. El que comulga ha de interesarse, sacri– ficarse, por todos y cada uno de los que integran el cuerpo místico, como hace el mismo Jesucristo, y como de mucho granos triturados se ha formado un solo pan de vida. Comulgar, convertirse a Cristo, es convertirse a la Iglesia, y no puede darse lo uno sin lo otro. Y es este sentido comunitario el que hoy forja apóstoles decididos en medio del mundo, que realizan la obra de salvación de la Iglesia en medio de la Socie– dad; y es el sostén y fortaleza de los mejores y lo que les impulsa a la conquista y salvación de cuantos se hallan extraviados. Es la magna tarea que San Pablo trazaba ya ante los cristianos de Efeso: "A cada uno de nosotros ha sido dada gracia en la medida del don de Cristo... El mismo constituyó, a los unos, apóstoles ... , a los otros, pastores y doctores, para la perfec– ción consumada de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de· Crísto" (Bph., 4, 7-12). HACIA NUEVOS OBJETJVOS a) De lo individual a lo social. Las anotaciones precedentes nos han descubierto algunas de las leyes y estructuras en que se mueve la vida de las Parroquias. Nos han patentizado ser la Misión un ejercicio del ministerio pastoral -ejercicio subsidiario, intermitente, extraordinario--,

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