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tenso y además tan neo y fértil. Casi todos los primeros misioneros sucumbieron al poco tiempo de lle– gar, y los pocos que lograron salir con vida, quedaron heridos de muerte. Ante dificultades tan insupera- bles ¿ extrañará alguno que los mi– sioneros obtuvieran tan poco fruto y que la Misión fracasara tantas veces. a pesar del celo y abnega– ción derrochados por los obreros evangélicos que la Iglesia y la Ma– dre Patria enviaron a conquistar aquellas tribus .,que todavía vivían en las tinieblas de la idolatría, al cabo de tres siglos que había sido descubierta América? III. FuNDACION DEFINITIVA, TRABAJOS Y PROGRESOS Dos años permaneció abandona- da la Misión de Guayana. desde que los últimos misioneros se re– tiraron a Trinidad; y en estos dos años las circunstancias cambiaron de tal modo en sentido favorable que la Provincia de Cataluña creyó llegado el momento de hacer allí algo definitivo. enviando, al efec– to, 6 misioneros. Circunstancias fa– vorables, digo, contribuyeron esta vez al éxito de la empresa, pues, por una parte, la Metrópoli, más descansada de las continuas gue– rras que hasta entonces habían ocupado toda su atención y agota- 7 do sus Erarios ,pudo atender con más holgura a estas santas y glo– riosas empresas de civilización y evangelización, y, por otra, los in– dios Caribes, constante pesadilla de los misioneros, habían sido casi to– talmente destruídos y aniquilados en una batalla por los indios Ca– bres (10). Animados los misioneros por es– tas favorables circunstancias, tra– taron de aprovecharlas. El P. Be– nito de Moya envió un informe al Comisario General de las Misiones capuchinas, en que, al mismo tiem– po que le daba cuenta de los tra– bajos y éxitos de los misioneros, le pedía hiciese lo posible ante el Real Consejo de Indias para que los 150 pesos asignados por el Real Erario se depositaran en la Caja de Bogotá, y le rogaba enviase, a ser posible, otros 6 misioneros más y que la guarnición militar de la plaza de Sto. Tomé se ampliase a 100 plazas ,para que . así pudiera atender mejor a la defensa de las misiones ; peticiones que fueron atendidas en parte (11). En efecto, en 1737 llegaron los 6 misioneros solicitados, quienes, en unión de los que ya había en la misión, desplegaron tal celo y se dieron tal arte que en 1740 tenían ya fundados los pueblos de Suay, • Caroní, Yacuai, Altagracia, Cupa– púy, Tipire, La Pastora y N. S. de la Candelaria de Upata y Paycuai– ma. La Misión comenzó entonces (10) R. BARALT, Resumen de la Historia de Venezuela, tom. I, pág. 280. (Cura– zao, 1887). DuARTE LEVEL, Historia Patria, pág. 146. (11) P. RmNEGRO, Relaciones, tom. II, pág. 2.'31.

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