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reinante .Los otros 20 restantes fueron fusilados el día 7 de mayo de 1817. El coronel Jacinto Lara. perteneciente al Estado Mayor de Bolívar, fué el encargado de eje– cutar la sentencia (26). Mucho se ha discutido acerca de quién <lió la orden inícua, atri– buyéndola unos al general Piar. otros al Libertador y otros a' una mala inteligencia del coronel Lara (27); lo cierto es que no se cas– tigó a los culpables ,lo cual, si no prueba que el que dió la orden fué el mismo Bolívar, por lo me– nos ,hace sospechar que el Liber– tador no estuvo exento de respon– sabilidad en aquel horrendo crimen que los mismos historiadores ve– nezolanos han dado en llamar el « gran pecado de Venezuela». Sacrificados los misioneros, que– daron las Misiones sin amparo, ex– puestas a la rapacidad de los in– vasores que se aprovecharon muy bien de su prosperidad para sacar de ellas millares de caballos para sus ejércitos ,Y enormes cantida– des de víveres ,que durante mucho tiempo abastecieron a los rebel– des. Como por otra parte, los in– dios que no fueron alistados for– zosamente en las filas del ejército de Piar, huyeron a los montes. las labranzas y los hatos quedaron to- 15 talmente abandonados ,con lo que vino a quedar destruído en pocos meses el trabajo inmenso de un siglo. Las Misiones del Caroní, antes tan florecientes, quedaron total– mente aniquiladas. Los invasores tan pronto como acabaron con los ganados y con los víveres exis– tentes ,se apoderaron de las la– branzas, despojando a sus verdade– ros propietarios, que eran los in– dios, los que. faltos de la protec– ción de los misioneros, se vieron expuestos a toda clase de vejá– menes, huyendo en masa a los bos– ques, los que pudieron escapar de la recluta ordenada por Piar. De los 21.000 indios que poblaban las Misiones a la muerte de los misio– neros no quedaron después de la guerra sino unos 7.00 escasos. y de las labranzas y de los hatos sólo el recuerdo. « i Desgraciada raza indíge;,a, di– remos ,para terminar, con los se– ñores Baralt y Día:: ,la libertad y la independencia conquistadas en beneficio de todos han sido árboles sin fruto, o de fruto venenoso para ella, pues es vejada, estafada y escarnecida en estos últimos ti:c:m– pos por las autoridades civiles r De– bernos deplorar la completa des– trucción de las Misiones, mayor- (26) P. LonAREs, o. c. tom. II, pág. 317, sgs. (2í.l Algunos historiadores n,nezolanos. en efecto, han cJueridu disculpa,· el hornble asesinato, atribuyéndolo a una mala inteligencia del coronel Lara. Según esca , crsión. Bolívar dió la orden de trasladar a los misioneros a la población de la Di,·ina Pastora, y el coronel entendió que la orden significaba mand.u-los ,1 la ct:cn:.id«cl. El error nos parece rkmasiado burdo para ser rreído.

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