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14 Norte de Alemania y, en cuanto a las plantaciones ,he aquí sus pa- labras : «Todo nos recuerda aquí lo que nu,estras plantaciones de Alemania encierran de ~antástíco y atractivo y hace:o. reconocer las huellas del hombre laborioso e in– teligente, fomentando la agricultura en toda su extensión, en medio de aquellos montes agrestes, hasta entonces improductivos» (25). V.- · DEsTRuccrnN DE LAS MISIONES Sí Humboldt hubiera visitado aquellas misiones tan florecientes treinta años más tarde, no habría encontrado más que desiertos lle– nos de malezas y ruinas abando– nadas ,Y le habría asaltado la idea de que alguna gran catástrofe se había cernido sobre aquel fa,rtí– lísimo vergel. Efectivamente, la guerra de la Independencia ameri- cana, al mismo tiempo que dió la libertad a Venezuela, destruyó la riqueza de provincias enteras, que volvieron a caer en el marasmo del salvajismo, en el que permane– cen aún hoy, a pesar de todos los adelantos modernos y de las faci– lidades de colonización. Cuando estalló la guerra, las mi– siones habían llegado a su mayor grado de florecimiento ,Y es natu– ral que ambos ejércitos beligeran– tes pusieran en ellas sus ojos codi– ciosos. Los misioneros, como espa- ñoles y súbditos del rey de Es– paña, era natural que favore:::ícran la causa del Gobierno legítimo, su– ministrando víveres y aun tropas al ejército realista; y en ello no ha– cían sino cumplir un deber de con– ciencia. El hecho de que los ca- puchinos «rechazaban toda inva– sión guerrera en las Misiones. y tomaban enérgicas providencias alertando a los indios, abastecien– do las tropas del rey de cuanto ne– cesitaban y contribuyendo con ca– ballos, víveres y utensilios de todas clases a su sostenimiento», cosa que les echa en cara el señor Duarte Level ,como un crimen ,es una acción gloriosa que los honra. Los revolucionarios eran entonces ni más ni menos que unos rebeldes, que se habían sublevado contra su rey legítimo y todos los españoles, más aún, todos los americanos es– taban obligados a ayudar al ~jér– cito realista. Los capuchinos no hicieron entonces ni más ni menos que lo que debe hacer todo buen patriota. Pero estas son ideas de– masiado sensatas para que puedan ser comprendidas en tiempos de turbulencias y de guerras civiles. Por ern, cuando el general Piar logró entrar en la Guayana. al frente de sus tropas, su primera providencia fué apoderarse de los misioneros en número de 34, en– viándolos con una fuerte escolta a la población de Caruachi, donde 14 de ellos murieron a cons:::;::uen– cía de la epidemia de viruelas allí (25) Viaje a las Regiones E ... , tom. III, pág. 4. V. P. Rmm:GRo. Documento, ..., pág. 85-91.
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