BCCCAP00000000000000000001457

/ 8 una época de prosperidad, que cau– só la admiración de los que la vi - sitaron, llegando a su apogeo hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX; apogeo y prosperidad de– bidos no sólo a los continuos tra– bajos de los misioneros, sino tam– bién a la base social y económica que acertaron a darles. Para darse una idea general del estado floreciente de la Misión del Caroní hacia las postrimerías del siglo XVIIJ, extractaremos el in- forme enviado al Comisario Gene– ral, P. Damián de Olot, por el Pre– fecto, P. Fulgencio de Barcelona. en 1816. Según dicho informe, había en la provincia de Guayana, sujeta a la jurisdicción de los misioneros capuchinos catalanes, 30 pueblos de misión, fundados todos ellos en– tre los años 1724 y 1788. El mayor de estos pueblos contaba con 1.598 habitantes y el menor con 347, dando entre todos un total de 21.246 habitantes .de los que 2.000 aproxirr -~<lamente eran españoles.. entre soldados de la guarnición y colonos canarios, llegados con los misioneros en 1734; los demás eran indios ,pertenecientes a diversas tribus, entre las que predominaban los Guayanos o Pariagotos, los Ca– ribes, Guaraunos, Araucas, y Gua– ycas. Todos estos pueblos estaban servidos por 41 misioneros, todos capuchinos de la provincia de Ca– taluña. Del celo y actividad de estos operarios evangélicos y del fruto conseguido pueden dar testimonio, además de los datos aducidos, los 48.208 bautismos administrados, los 8.258 matrimonios celebrados y los 28.293 fieles que recibieron sepul– tura fdesiástica en el espacio de tiempo desde 1737 a 1816, en que está fechado el informe del P. Ful– gencio de Barcelona (12). IV. ·-ÜRGANIZACION RELIGIOSA, SOCIAL Y ECONOMICA Hemos dicho que estos magnífi– cos resultados fueron debidos en gran parte a la sabia organización religiosa, política y económica que los misioneros capuchinos supieron dar a sus misiones. Acerca de la organización reli- · giosa, los misioneros no se concre– taron sólo a poner en vigor la le– gislación eclesiástica y regular en este punto ,ya en su régimen inter– no ,ya en la organización de sus cristiandades, sino que, fieles a las prácticas peculiares de los misio– ne.. ,s capuchinos, organizaron la enseñanza y los cultos religiosos admirablemente. «Por la mañana, después de la ora .ión y de la Wisa, tocaban al rezado, al cual acuJ.ían todos los niños, niñas, mozas y ca– sadas hasta el primer parto y en comunidad decían las oraciones del Padre Nuestro, Avemaría, Credo, Mandamientos y artículos de la Fe, en castellano, a cuyo efecto se (12) V. P. LonARE8, o. c. torn TI, pág. 300.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz