BCCCAP00000000000000000001456

420 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGÍA.-Bemardino de Armellada siado en este pensamiento. Sin embargo, se encuentra una aplicación de esta doctrina de la no exigencia del apetito natural en la cuestion de la posibilidad del pecado en los ángeles. El apetito natural, según Rada, no puede ser regla de rectitud para el apetito elícito sino mediante la deter– minación de la voluntad de Dios. Esta dispone el modo en que el apetito elícito debe tender a satisfacer el apetito natural. De tal manera que, aunque el apetito natural de la voluntad a la propia satisfacción es recto y bueno por venir de Dios, sin embargo la voluntad que se conforma a él por el apetito elícito, será mala si al mismo tiempo no se conforma con la voluntad divina (164). Supone indudablemente que la voluntad divina puede no c01·formarse al apetito natural. Pero Rada es todavía más explí– cito para nuestra cuestión proponiendo el mismo ejemplo de la tendencia a la visión beatífica: El apetito natural tiende a la visión suma. Con todo, quien la apeteciera sin más con un acto elícito, pecaría por apetecerla contra la ordenación de Dios, que ha regulado el grado de beatitud conforme a los méritos. Dios no ha querido que la voluntad apetezca su propia conveniencia ni del modo ni con la intensidad con que se inclina naturalmente a ella. Y por eso dotó a la voluntad de libertad, para que, mediante ella, se moderara la tendencia natural (165). Una moderación, se entiende, según la determinación positiva y libre de la voluntad de Dios. En la doctrina de Rada hay un resquicio -lo estamos viendo- para la posibilidad de una naturaleza pura; sin embargo esta posibilidad no se le presenta aún demasiado clara como dificultad contra el apetito natural de ver a Dios. 6. Ahora, como conclusión, nos preguntamos: ¿Qué aportación con– creta hay en Rada a la doctrina escotista del apetito natural? Entre Liqueto y él media casi un siglo. Un tiempo en que la sentencia contraria sé va afirmando más y más. En Rada la doctrina escotista del apetito natural se encuentra más directa, más clara, más ordenada. Se (164) Regula autem vo.Juntatis creatae est vo!untas divina, cui se conformare tenetur voluntas creata ut recta sit. Quo circa, quamvis inc!inatio naturalis ad pro prium commodum sit recta et bona, quia a Deo ; tamen voluntas se illi conformans, si dissonat a voluntate divina, est obliqua. Contr. theol., ,pars II, contr. 11, art. 1 ; ;'. 429a. (165) Quo,d patet, nam appetitus natura.lis voluntatis est ad summam beatitudi– nem, quam tamen si vo!untas B. Lini actu elicito appeteret, ,peccaret, quia appeteret contra divinam ordinationem: Deus enim statuit ne quis majorem habeat beatitudi– nem, quam sit illa quam merita propria e:x;poscunt... Nün est autem ordinatum a Deo ut voluntas ap,petat suum comm,)(lum eo modo et ita intense sicut ad ipsam inclinatur, immo oppositum statuit: atque adeo voluntati ,contulit libertatem qua hujusmodi affectionem moderetur. lb., p, "-29a-b.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz