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386 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGÍA.-Bernardino de Armellada Dios, último fin, es el contenido más perfecto que se encuentra dentro del ser, que es el objeto del entendimiento. Otra vez Liqueto vuelve a atribuir a esta inclinación la incognoscibilidad: Aunque el entendimiento separado de la materia se conozca a sí mismo bajo su razón más precisa, no se conoce, sin embargo, bajo aquella razón por la que dice orden al ser en cuanto ser en su razón adecuada (44). 5. A Liqueto le preocupa aquí fundamentalmente la cuestión psico– lógica del apetito natural en cuanto puede o no convertirse en un dato consciente. Y procura marcar en él una nota de incognoscibilidad natural que le impide ser un medio adecuado para conocer el fin a que se inclina. Más bien se necesita conocer el fin último para afirmar después la incli– nación natural. Recordemos otra vez el presupuesto en que se mueve: «que el hombre esté ordenado a la beatitud en la visión inmediata de Dios» (45). Esto hace que las consideraciones de Liqueto vayan dirigidas de lzeclzo al ape– tito natural en las condiciones actuales, que suponen al hombre realmente ordenado al fin último sobrenatural. Pero a nosotros, previa a la cuestión psicológica, se nos presenta una metafísica: ¿El apetito natural de las per– fecciones sobrenaturales es ontológicamente anterior o posterior a la ordenación de Dios? ¿Cuál de los dos términos es condición del otro? Aunque Liqueto no dé una respuesta directa, no creemos difícil averi– guar su pensamiento. Hablando de la aptitud natural del ser intelectual respecto de las formas sobrenaturales, cita a Cayetano, que llama a esa aptitud potencia obediencial. Liqueto, sencillamente, no admite la denomi– nación. Y no se preocupa más de lo que puede significar el término de Cayetano. Pasa luego a una terminología escotista, y dice que la potencia obediencia! -que según él es en orden al agente (46)- presupone ya la conkntum. Hoc dico de intellectu rcspectu entis in quantum ens. Et sic cst cog– noscerc quodlibet contentum. Hoc dico de intellectu respectu cutis in quantum ens. Et sic patet ratio Doctoris. Et confirmatio scqueus tenet ex hoc fundamento quod omnis potentia cognoscitiva habet naturalem inclinationcm a.d smtm obj,ectnm. Et per consequens, si perfecte cognoscit sei.psam, perfecte cognoscit se ut indinatam ad talem objectum. Et •sic tandem cognoscit objectnm ad quem natnrnliter inclina– tur. lb., fol. 4a. (44) Dico quod ista propositio dabet sic intelligi: quod si alicni nota e,t aliqua potentia sub ratione distincta. et sub illa ratione qua respicit obj ectum adacquatnm, quod ei notum erit tale objectum. Sed in proposito, lice,t intellectus separatus cog– noscat seipsum sub ratione distinctissima, non tamen •sub illa ratione qua respicit ens in quantum ens sub ratione adaequata. lb., fol. 4d. (45) Cfr. nota 19. (46) Cfr. los textos citados en las []¡()tas 26, 27, 28 y '29.

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