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INTELIGENCIA CATOLICO-PROTESTANTE EN EL PROBLEMA DE LA TRADICION 261 sia santa es la única intérprete infalible de la Escritura y sólo en comu– nión con ella, con su tradición real, se hace posible la inteligencia de la tradición ·verbal. Cualquier intento de separación entre tradición objetiva y tradición oral sería empequeñecer la esencia de la revelación, que no es sólo una expresión abstracta sino un obrar de Dios para y en el hom– bre (pp. 202-213). Una atención esipecial presta L. a R. Bultmann en el ca,nJ.~11!0, V". Su teología de la deBmitiza.ción del mensaje cristiano envuelve un conato laudable por presentar el mensaje de Cristo en su esencia pura, despo– jándolo de elementos circunstanciales, que, al no reconocerse como tales, dificultan el acercamiento del hombre moderno a Cristo. Para esto en– cuentra Bultmann la idea de tradición en el Nuevo Testamento. La co– munidad cristiana no es una mera comunidad de personas, sino custodia de una tradición y predicación de una 1mlabra. En ella se realiza la tras– misión del kerigma específicamente cristiano, que es a la vez un suceso escatológico e histórico. Si bien L. Pákozdy ha querido ver en la teología de Bultmann una tendencia :fuertemente catolizante, para L. es todavía rprematuro un jui– cio definitivo de parte católica por la enorme divergencia de terminolo– gía que no permite aún sufieiente apreciación de las consecuencias dog– máticas (pp. 214.-249). ¿ Curál es la conclusión de todo el estudio de Lengsfeld 1 Para católicos y proteI,tantes existe una nonna fundamental común: la Sagrada Escritura del Antiguo y Nuevo Testamento. l<Jn los dos cam– pos se valora cada vez más ]a mutua conexión entre Escritura y Tradi– ción, ante el heeho de que la I~scritura nace eomo sedimentación escrita de la "•parádosii," divino-apostólica. Se conviene también en rechazar la concepción monofisita de la Sagrada Escritura que considera la inspi– ración como algo mágico e inmediatamente asequible. En ambas partes existe el peligro nestoriano de separar demasiado el sentido del autor hu– mano de la intención divina (es de notar que en el protestantismo moderno se ha llegado hasta el extremo en esta dirección). Existe también coinciden– cia en la apreciación de la tradición como elemento indispensable para la inter•pretación de la Escritura y en el reconocimiento práctico del canon de la misma Escritura. Pero mientras en el catolicismo se da una explicación teológicamente satisfactoria de la formación del canon, la teología protestante choca con dificultades insolubles. Lo mismo ha de decirse de la cuestión del dogma o interpretación autoritativa de la Escritura por parte de la Iglesia. El catolicismo no resta nada a la autoridad absoluta de la Palabra de Dios, como antes se ha explicado. Además, la contradicción que se quiere ver de

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