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144 l. IRIAR!E Una simple confrontación con los textos evangélicos basta para hacer ver que las resonancias provienen de Lueas: «Cuando los hermanos vayan por el mundo, nada lleven (Le 9, 3; 10, 4) para el camino (Le 10, 4): ni bolsa (Le 9, 3; 10, 4), ni alforja (Mt 10, 10; Me 6, 8; Le 9, 3; 10, 4), ni pan (Me 6, 8; Le 9, 3), ni pecunia (Mt 10, 9; Le 9, 3), ni bastón (Mt 10, 10; Le 9, 3). Y en toda casa en que entren (Le 9, 4; 10, 5), digan primero: Paz a esta casa (Le 10, 5. En la Vulgata, tam– bién Mt 10, 12, pero no en el texto griego). Y, permaneciendo en la misma casa, coman y bebari lo que haya en ella (Le 10, 7)» (1 R 14, 1-4). Por el conjunto de las citas se ve claro el predominio de Lucas; no hay ningún término que sea exclusivo de Mateo. Sin embargo, los textos de Le 9, 2-4 (misión de los apóstoles) y Le 10, 4-8 (misión de los 72 discí– pulos) son citados de memoria y adaptados.1 4 Y no se trata de pasajes añadidos por Cesáreo de Espira. Muy proba– blemente proceden tales cuales de la Regla primitiva de 1209. Se sabe, además, que Francisco habría querido conservarlos también en la Regla bulada (LP 102). Pero sólo consiguió que se incorporase literalmente el versículo del saludo de paz, 2 R 3, 13, inculcado de nuevo en el Testamen– to (Test 23; pero según 2 Tes 3, 16). Todavía se encuentran otros pasajes, tanto de la misión de los após– toles (Mt 10, 16 = 1 R 17, ls), como de la misión de los discípulos (Le 10, 3 = 1 R 17, 1; Le 10, 8 = 1 R 3, 13). Estos textos, juntamente con los otros que completan el cap. 14 de la Regla no bulada, tomados del Sermón de la Montaña -también éstos más bien según la versión de Lucas (Le 6, 29-31)-, formaban el núcleo fun– damental de la «vida» según el Evangelio desde el principio. 7) Le 18, 19: «Nadie es bueno sino solo Dios» Este es un pasaje que Francisco meditaba con emoción. Responde a su gran descubrimiento de Dios como el BIEN, todo el bien, sumo bien, úni– co bien; el solo bueno; de El procede todo bien; El es quien obra todo bien en nosotros y por medio de nosotros. 14 A los testimonios de 1 Ccl 22 y 1 R 14, 1-3, se debe añadir el de Jacobo de Vitry (cf. nota 9) en la descripción que ,hace de la vida apostólica de los hermanos menores. Si bien pone juntos vocablos_ de los tres sinópticos, da la preferencia al texto de Lucas: "Son enviados a predicar de dos en dos (Le 10. 1 y 9, 2), como precursores de la paz del Señor (Le 10, 1) y de su segunda venida (cf. Le 10, 1). Estos pobres de Cristo no llevan ni bolsa (Le 10, 4) para el camino (Le 9, 3), ni alforjas (Mt 10, 10; Me 6, 8; Le 9, 3; 10, 4), ni pan (Me 6, 8; Le 9, 3), ni dinero (Mt 10, 9; Me 6, 9; Le 9, 3) en sus cintos (Mt 10, 9); no poseen oro o plata (Mt 10, 9) ni llevan calzado en sµs pies (Mt 10, 10; Le 10, 4) ... Si se les invita a la mesa, comen y beben de lo que se les pone (Le 10, 7)" (1. c., p. 966). Es interesante que, mientras Celano y J. de Vitry citan la prohibición de llevar calzado, san Francisco no haga mención de ello en la Regla no bulada, y en la Regla definitiva únicamente para dar licencia de· llevar calzado a aquellos que se vean obligados por la necesidad (2 R 2, 15),

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