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148 «El Señor se hizo pobre por nosotros en este mundo» (2 R 6, 3). «Y, siendo El sobremanera rico, quiso, junto con la bienaventurada Virgen, su Madre, escoger en el mundo la pobreza» (2CtaF 5). Pero Francisco meditó también el contexto. Efectivamente, en el ver– sículo 2 de la carta paulina encontramos la expresión de la Vulgata altísi– ma pobreza. Pablo habla de la «extrema» pobreza de los fieles de Mace– donia; Francisco lo entiende en el sentido vulgar de su época: un título de honor ( altísima es la traducción de extrema). Así puede verse en 1 R 6, 4, en la bendición a fray Bernardo y en tantos textos de santa Clara y de las fuentes biográficas. Es el mismo título de sumo honor que a Fran– cisco le gusta dar a Dios, como hemos dicho. Un título que se aplica a la «pobreza del altísimo Señor» (UltVol 1), a la «señora santa pobreza» (TestS 4; SalVir 2). «Solía decir: - Quien dice mal de un pobre, ofende a Cristo, de quien lleva la enseña de nobleza y que se hizo pobre por nos_otros en este mun– do» (1 Cel 76). « Y yo tengo por dignidad real y noble muy alta seguir a aquel Señor que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros» (2 Cel 73). «Amadísimos hermanos, el Hijo de Dios, que se hizo pobre por nos– otros en este mundo, era de condición más noble que la nuestra» (2 Cel 74). is) Gál 5, 13s.: «Servíos ,por amor los unos a los otros» «Ninguno de los hermanos tenga potestad o dominio, y menos entre ellos ... Ningún hermano haga mal o hable mal de otro, sino más bien por la caridad del espíritu, sírvanse y obedézcanse unos a otros de buen gra– do. Y ésta es la verdadera y santa obediencia de nuestro Señor Jesucris– to» (1 R 5, 12-18). La Vulgata decía per caritatem spiritus, por la caridad del espíritu; pero el original griego dice simplemente: por la caridad, por amor. Fran– cisco, como es fácil comprender, sigue el texto de la Vulgata. Pablo hace consistir en esta especie de porfía en el servicio mutuo en– tre los hermanos el ejercicio de la verdadera libertad, a la que son llama– dos los cristianos. Y Francisco, en el mismo sentido, añade además la por– fía en la obediencia mutua entre los hermanos. Más aún, encuentra en semejante dinámica de servicio y de voluntad de obedecer el sentido auténticamente evangélico de la «obediencia caritativa» (Adm 3, 6). 16) 1 Pe 2, 11: Peregrinos y forasteros «El Hijo de Dios fue pobre y huésped... » (1 R 9, 5). «Como peregrinos y forasteros» (2 R 6, 2; Test 24).

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