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364 P. JIMÉNE'.l Los que quieran llevar vida religiosa en eremitorios, sean tres her– manos o, a lo más, cuatro. Dos sean madres y tengan dos hijos o, al menos, uno. Los dos que son madres sigan la vida de Marta, y los dos hijos sigan la vida de María ... Y digan siempre las completas del día en cuanto se ponga el sol; y procuren guardar silencio; y digan sus horas; y levántense a la hora de maitines; y busquen primero el reino de Dios y su justicia (Mt 6, 33). Y digan prima a la hora conveniente ... Nos limitamos a subrayar los elementos que nos parecen más carac– terísticos: a) Llevar vida religiosa. San Francisco habla a los que quieran vivir una experiencia contemplativa fuera de la institución conventual; pero de– ben hacerlo como religiosos y por un período de tiempo que se deja a la libertad de los hermanos. b) Sean tres o cuatro. Esta expresión confirma que la vida contem– plativa franciscana no puede prescindir de su elemento primario y esen– cial que es la fraternidad. c) Vida de Marta y vida de María. Los hermanos se turnan en los servicios y toda la fraternidad es así, a la vez, activa y contemplativa. d) Buscad primero el reino de Dios. La única cita evangélica de esta Regla está tomada del Sermón de la Montaña e indica el motivo funda– mental de la experiencia: el deseo de buscar a Dios en la oración y el silencio del retiro. Por eso, el Oficio divino ocupará el centro de la oración de la fraternidad. La Carta a un ministro La idea específica que san Francisco tenía de la fraternidad contem– plativa aparece, como en ningún otro lugar de los escritos del Santo, en esta Carta, llamada el «documento en el que aparece la humanidad y el realismo de san Francisco». 3 El eremitorio es visto como la tentación de escapar a las responsabili– dades del compromiso y del servicio que impone a la vida fraterna, y san Francisco desaconseja al ministro el que siga este camino. Desalentado por las dificultades de la vida en fraternidad, el ministro acude en busca de consejo a san Francisco, y recibe una respuesta del todo inesperada: Y ama a los que esto te hacen (se refiere a los hermanos que le son causa de sufrimiento). Y no pretendas de ellos otra cosa, sino 3 Fonti FranceKane, Asís, 1977, p. 79.

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