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FRATERNIDADES CONTEMPLATIVAS 363 Guárdense los hermanos, dondequiera que estén, en eremitorios o en otros lugares, de apropiarse para sí ningún lugar, ni de vedárselo .a nadie. Y todo aquel que venga a ellos, amigo o adv~rsario, ladrón o bandido, sea acogido benignamente. Y, dondequiera que estén o en cualquier lugar en que se encuentren unos con otros, los hermanos deben tratarse espiritual y amorosamente y honrarse mutuamente sin murmuración. Y guárdense de mostrarse tristes exteriormente o hipócritamente ceñudos; muéstrense, más bien, gozosos en .el Señor y alegres y debidamente agradables. En estos versículos encontramos los elementos que definen la vida c<mtemplativa del primer grupo franciscano: a) Se habla de eremitorio, palabra que en el ambiente franciscano de la primera generación equivale a «lugar solitario», «lugar tranquilo, se– creto y soátario», «desierto», «soledad» (1 Cel 71, 91, etc.). b) Se hace particular mención del espíritu de pobreza, manifestado por el rechazo a apropiarse del eremitorio. La tendencia a defender esos lugares solitarios podía aparecer más <legítima, dada la poca consistencia de la construcción... c) La vida en el eremitorio no se desarrolla en un ambiente de abso– luta separación del mundo. El texto indica que hay una relación con un tipo de gente bien determinado: «amigo, adversario, ladrón, bandido». El deber que se impone el grupo es el de una hospitalidad sin discrimi– naciones. El cá,p. IX especificará aún con más detalles la clase social con la que mayormente se relaciona la fraternidad: «Y deben gozarse cuando conviven con gente de baja condición y despreciada, con los pobres y débiles, y con los enfermos y leprosos, y con los mendigos de los cami– nos» (1 R 9, 2). d) La mutua relación entre los hermanos se define con la palabra «espiritualmente», es decir, se relacionan como hermanos que han sido dados los unos a los otros por el Espíritu del Señor y, por eso, consti– tuyen entre sí una fraternidad con lazos más fuertes que los de la familia humana. e) Por último: deben manifestar a los demás hermanos. la alegría.y la amistad enriquecida de cortesía: «alegres y debidamente, agradables». La Regla para los eremitorios , Esta brevísima Regla es uno de los más bellos testimonios de la vida minorítica primitiva. El mismo sari Francisco quiso añadirla como regla propia a la vida de los hermanos de todos los tiempos que quieran con– sagrarse más intensamente a la vida contemplativa.

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