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240 SERAFÍN DE AUSEJO brirá con pomposos discursos lo que no ha conseguido hacer sustancia viva en sí mismo. La palabra entonces será breve, pero sencilla y fecun– da; pues no solamente dará testimonio de un legítimo saber, sino tam– bién de un cristiano vivir. Entonces será el hermano menor verdadero «pregonero» de la palabra de Dios, «coadjutor» o ayudante de Cristo en su obra de salvación, porque ejercitará su ministerio a la manera de Cristo y en unión con Cristo (cf. 2 Cel 172; 2CtaF 2, 45, 53). Siguiendo estas normas, los hermanos menores cumplirán la misión que Cristo les confió. Es el mismo Seráfico Padre quien define así esta misión: «Para esto os ha enviado (Cristo) al mundo entero, para que de palabra Y de obra deis testimonio de su voz» (CtaO 9). CONCLUSIÓN A primera vista, san Francisco cita la frase de san Pablo, Palabra abreviada hizo el Seiíor sobre la tierra, en ese sentido material que parece tener en la Vulgata: el sermón del hermano menor debe ser breve, de corta duración, a imitación de la predicación de Jesús, que también fue breve. Pero en el contexto de la Regla II, cap. 9, esas palabras no miran tanto al tiempo que ha de emplearse en un sermón, cuanto al modo de pronunciarlo -siempre con humildad y sencillez-, porque las palabras del predicador deben nacer de un corazón sencillo y humilde, de un co– razón poseído plena y pacíficamente por :e.1; esto explicaría los sermones largos en duración de nuestros grandes y santos predicadores. Cuando, pues, Francisco cita el ejemplo del Señor -porque «palabra abreviada hizo el Señor sobre la tierra»-, mira al espíritu más que a la letra; a la sencillez evangélica en el modo de predicar, más que a la duración tem– poral de la misma; a la unción interior que debe tener y sentir el ver– dadero predicador apostólico por su unión íntima con Cristo, más que a la materialidad de conometrar los minutos de su sermón. Con ello Fran– cisco se muestra una vez más, también en su legislación, varón plena– mente evangélico; y quiere, por lo mismo, que la predicación de sus hermanos, en obras y palabras, sea también plenamente evangélica. Adaptación del texto: José Vte. Ciurana, O. F. M. Cap.

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