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tA ORDEN DE PENITENCIA DE S. FRANCISCO 53 El patronazgo de nuestros dos santos es mencionado claramente por primera vez en el breviario de los Conventuales de 1741. El apéndice final del mismo, que contiene las lecturas para las octavas de ambos santos, lleva este título: «Octavas de los santos de la Tercera Orden, Patronos de los dos sexos». Poco a poco se va extendiendo esta afirmación, y se puede decir que en la segunda mitad del siglo XVIII es comúnmente aceptado el patronazgo de ambos santos. Este tardío reconocimiento plantea inmediatamente una pregunta: ¿No será que ni Sta. Isabel de Hungría ni S. Luis de Francia pertenecieron a la Orden de Penitencia de S. Francisco? 2. ¿Fue terciaria Sta. Isabel de Hungría? Sobre la vida de Sta. Isabel ( + 1231) poseemos un gran número de docu– mentos antiguos. No se puede decir que haya unanimidad entre los estudiosos sobre la pertenencia de la Santa a la Orden de Penitencia. El P. Bihl, después de estudiar la principal documentación sobre ella, llega a la conclusión de que dichos documentos no fundamentan positivamente el que Sta. Isabel haya pertenecido a la Tercera Orden. Ahora bien, continúa diciendo, teniendo en cuenta sus ideales y el ambiente franciscano en que ella vivió, se puede afirmar que sí perteneció a dicha Orden. 10ó Este modo de argumentar, muy típico entre los autores franciscanos, creo que no es del todo correcto. Lo que se discute no es si su espiritualidad está o no cercana a la franciscana, sino si realmente perteneció a la Orden de Penitencia. Ello es un ejemplo de cómo se ha llegado a una inflación en el santoral de la Tercera Orden, introduciendo en él, sin más, a personas cuyos ideales eran parecidos o iguales a los franciscanos, pero sin pararse demasiado a probar la realidad de dicha pertenencia. Otros autores, en cambio, aun admitiendo en Sta. Isabel un influjo francis– cano, afirman que no perteneció a ninguna orden en particular, sino que, usando una expresión actual, fue Penitente por libre. Y no faltan autores que niegan en la santa hasta esa pretendida influencia franciscana, diciendo más bien que depende de la espiritualidad cisterciense de las beguinas de su tiempo y que, además, estuvo muy influenciada por la mística de las cruzadas. De las vidas antiguas de la santa no se desprende que fuera Penitente fran– ciscana. Es cierto que tuvo mucha devoción a S. Francisco, como lo prueba el que le dedicara la capilla contigua del hospital de Marbourg, eregida por ella, algunos meses después de la canonización del Santo. Pero es bastante improba– ble que perteneciera a la Orden de Penitencia de S. Francisco. 3. S. Luis de Francia 110 fue terciario Respecto a S. Luis, su no pertenencia a los Penitentes franciscanos está mucho más clara. No hay ningún documento de los siglos XIII y XIV que hable de ello; aunque, eso sí, fue un gran bienhechor de los franciscanos y de los dominicos. 107 El primero que lo colocó en un elenco de terciarios fue S. Juan tOó M. Bihl: Die hl. Elisabeth von Thüringen als Terziarin, en Fl"llllz. Studien 18 (1931) '.!59-293. 107 A. G. Little: Franciscan History and Le1end in english medieval Art, Manchester 1937, p. XVI.

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