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JOS:E. VICENTE CIURANA, O.F.M.Cap. LA ORDEN DE PENITENCIA DE SAN FRANCISCO Notas sobre sus orígenes y desarrollo en el s. XIII INTRODUCCIÓN La Orden Franciscana Seglar (O.F.S.) -este es el nuevo nombre de la anteriormente llamada Tercera Orden Franciscana (T.O.F.)- está de fiesta. El motivo no es para menos. Después de 12 años de trabajo, el 24 de junio de 1978 el papa Pablo VI aprobó el nuevo texto de la Regla con la Letra Apostólica «Seraphicus Patriarcha». 1 La importancia de este texto para la vida del movimiento seglar franciscano es patente y no necesita subra– yarse. La carta introductoria de los cuatro Ministros Generales de la familia franciscana lo pone en evidencia. De ella quiero resaltar un párrafo, que encuadra muy bien la intención que persiguen estas simples notas: «Uno de los goznes de la deseada renovación es el retorno a los orígenes, a la experiencia espiritual de Francisco de Asís y de los hermanos y hermanas de la penitencia que recibieron de él inspiración y orientación». Secundando tal idea, estas notas quieren simplemente poner en contacto a los hermanos y hermanas de la O.F.S. con su historia. No es un simple mirar al pasado por el pasado; ello no solucionaría nada, ni tampoco ayu– daría a resolver los problemas que la O.F.S. tiene planteados de cara a redescubrir su sitio en la Iglesia y en la sociedad. Con todo, pienso que volver la vista a los orígenes de la Orden de los Hermanos de la Penitencia -así parece que fue su primitiva denominación-, puede ayudar a una vivencia en profundidad del nuevo texto legislativo. Aunque estas notas no van dirigidas a especialistas en la materia, no por ello se desvanecen las dificultades. He de confesar sinceramente que el estado actual de los estudios sobre la O.F.S. no es muy brillante; muchos aspectos de su historia permanecen todavía en la oscuridad. Esto fue reco– nocido públicamente en el Congreso sobre la Tercera Orden que se celebró en Asís en 1972. 2 Como causas de esta situación podemos enumerar, entre otras, las siguientes: En primer lugar, la parte del león, como vulgarmente se dice, de los estudios sobre la O.F.S. se la han llevado los orígenes de la misma. Da la impresión de que los estudiosos han concentrado todo su empeño en el primer período de la historia --que por otra parte tiene su innegable interés-, y no les ha quedado tiempo para los otros períodos. 1 En este mismo número pueden verse los textos de la Regla y de las cartas de Pablo VI y de los Ministros Generales. Cf. Th. Desbonnets: Conclusion, en Coll• . liranc. 43 (1973) 331-334.

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