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LA ORDEN DE PENITENCIA DE S. FRANCISCO 45 una vida documentada de san Fernando; en ella no hay ninguna mención de que el Santo fuera sepultado con el hábito franciscano. Después de su canonización, los cronistas siguen ignorando el franciscanismo de san Fer– nando. Sin embargo, en 1693 y 1698, el franciscano recoleto alemán Fortu– nato Hueber hace, sin más, a san Fernando Penitente franciscano," dando como fuente de información las lecciones del oficio divino del Santo que son de 1675, las cuales, sin embargo, silencian absolutamente el francisca– nismo del rey. Mas esta afirmación va a tener fortuna e irá pasando a los siglos siguien– tes. En 1858 se elevó una petición a Pío IX solicitando indulgencia plenaria en la fiesta de san Fernando (30 de mayo), cosa que el papa concedió en 11 de diciembre. Esta indulgencia, concedida también en la fiesta de otros santos no franciscanos, hace entrar a san Fernando en el breviario de las familias franciscanas, con la especificación de «inscrito en la Tercera Orden de san Francisco» al principio de la cuarta lectura. Así duró hasta la refor– ma de 1961, que dejó la fiesta en simple conmemoración. A la vista de estos datos, no se entiende cómo historiadores franciscanos modernos como Heriberto Holzapfel, Fredegando de Amberes, Lázaro Iriarte, etc., catalogan a san Fernando como Penitente franciscano, 78 mientras los bió– grafos no franciscanos ignoran completamente esta filiación terciaria del Santo. El caso de san Fernando, supuestamente. tenido por terciario a finales del siglo XIII sin la menor prueba o justificación histórica, no es único. Las cortes de Alfonso X el Sabio, Sancho IV el Bravo y Fernando IV el Emplazado han hecho poblar las crónicas de terciarios de las familias reales o de la nobleza, sin prueba documental alguna. 79 2. La Corona de Aragón En cuanto a la Corona de Aragón, la existencia concreta de grupos o fraternidades de Penitentes franciscanos está documentada para los pri– meros decenios del siglo xrv. Por ello, se puede admitir la presencia de la Orden de Penitencia de san Francisco a finales del siglo XIII, aunque nos falte una prueba documental explícita. El afecto de los reyes de Aragón a la Orden franciscana en el siglo XIII fue grande, pero de ello no se puede deducir, sin más pruebas, que fueran Penitentes de san Francisco. En Mallorca tenemos otro personaje famoso, Ramón Llull, que parece que vistió el hábito de la Penitencia de san Francisco en 1295. 80 También esta filiación merecería un examen crítico a fondo. 77 · F. Hüber: Slammen-Buch S. Fnnciscl, München 1693, 268, n. 10; Idem: Menolollium, München 1698, 1170, n. 10. 71 H. Holzapfel: Manuale historiae O.F.M., Friburgi i. B. 1909, 602, 139; Fredegando de Amberes: La Tercera Orden, 160; Lázaro (lriarte) de Aspurz: Manual de historia franciscana, 462 y 501. c1 A. López: Confesores de la familia real de Castilla, en A.I.A. 31 (1929) 6-31. '° Cf. E. W. Platzeck: Raimund Llull. Scln Leben - seine Werke, I, Düsseldorf 1962, 26.

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