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entramos en su descripción, porque las tres entran de alguna forma ·en los principos siguientes. . 3. La comunión con la Iglesia Es otro principio básico en la experiencia de san Francisco, que nos parece válido para nuestro tiempo que, como el de la Edad Media, discute y contesta la autoridad y estructuras jerárquicas de la Iglesia. Sán Fran– cisco quiso vivir el evangelio en la Iglesia y de ningún modo sin la Iglesia. Ni el monaquismo ni los movimientos reformistas del siglo XIII querían saber nada con la jerarquía. San Francisco, en cambió, aceptó fa: estruc– tura de la Iglesia, aceptó al papa, a los obispos y a los sacel'.dotes. Y no porque no conociera sus defectos, sino porqt¡.e los trascendió ~n el amor a su Señor. Su obediencia era un obediencia activa y crítica,- sin.,enjuiciar ni desprestigiar, con amor. Por tanto, era una crítica, una·. contestación, como se dice hoy, no para salirse con· la. suya, por egoísmo u-orgullo, etc., sino por amor. Es decir, que él encontró la manera de ser, a 1~ vez, sumiso y de serlo de una manera crítica. 25 · Junto a este valor indudable para núestro• tiempo, existe:•ótro·- dé no menor importancia e interés en la dimensión ·éclesial del frariéiséanismo: mediante su visión de la persona y dé la· fráternidad. se potencíá 1a '\'isión más amplia del· Puéblo de Dios como comunión de personas, ·tal como aparece en una de las ideas mas fundámentales del Concilio ·vaticano 11. 4. La primacía de la persona El Vaticano II ha destacado en varios de sus documentos·este:valor de la sociedad de hoy. Y fue san Francisco quien desencadenaría en la Edad Media un movimiénto personalista y no jtiiídicd. · Es· de· todos conocido el respeto de san Francisco por la individualidad de' cada hombré, e incluso de animales y cosas de la creación. · Un ejemplo preclaro, referido a lo_s fraiÍes, lo encontramos en la carta que envió a fray León: «Te hablo, hijo mío, como una madre. Todo io que platicamos en el camino lo resumo y confirmo brevemente en estas J?alabras. Si después te fuera preciso llegarte_ a mí para .recibir ~~>nsejo, he aquí lo que te digo: cualquier medio. que mejor te parezca para agra– dar al Señor Dios y seguir sus huellas y pobreza, ponlo en .práctica con la bendición de Dios y mi obediencia. Y si por el bien de tu alma o -para otro consuelo tuyo necesitas y quieres· hacerme visita, ven, hermano fray León». ·· Esta primacía de la persona con sus derechos y libertad no _ sólo la respetó en sus frailes, sino también en todos y cada uno de l~s ho,lllbres. « .. ,Tomó en serio a cada hombre, fuese pobre o rico, superior o i~ferior; 25 C. KOSER: La espiritualidad..., l. c., p. 9. 299

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