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s1c10nes de los superiores, o al menos del ambiente de la comunidad, si éste era poco propicio a la fidelidad «pura y simple» a la Regla. Era en cierto modo el derecho a la resistencia que también el feudalismo reco– nocía en el vasallo víctima de contrafuero. En la intención del Fundador quizá se trataba de un medio de contrarrestar una posible evolución. des– viada, de la institución bajo la guía de los responsables. La carta de la libertad dada a fray León es un indicio de este deseo del Santo de pro– teger a sus fieles en la libertad de espíritu. En el relato recogido por Clareno, dice fray León que, cuando san Francisco presentó la Regla a la aprobación de Honorio 111, estando allí presente el mismo fray León, el Papa puso un serio reparo sobre la redac– ción del párrafo ctel capítulo décimo que comienza: Dondequiera que estu– vieren los hermanos... El Papa habría dicho: -Para los hermanos no bien fundamentados en el amor de la virtud esas palabras podrían ser ocasión de ruina y podrían acarrear a la Orden división y escándalo. Quiero, pues, que esas palabras se cambien de tal manera que se evite toda ocasión de peligro y de división así para los hermanos como para la Orden. San Francisco habría respondido: -No he sido yo quien J:ia puesto en la Regla esas palabras, sino que ha sido Cristo... No debo ni quiero cambiar las palabras de Cristo... El tono y, sobre todo, el princ1p10 atribuido a Francisco de que la inspiración privada debe prevalecer sobre los dictados de la jerarquía, delatan manifiestamente, si no una invención, sí al menos una manipu– lación de los espirituales o del mismo. Clareno, que enseñaba esa doctrina. Ubertino de Casale, buen conocedor de los rotuli de fray J;..eón, no hace mención del diálogo de Honorio 111 con san Francisco, pero sí afirma que el párrafo en cuestión fue dejado así por éste en la Regla definitiva en previsión de un alejamiento oficial de la fiel observancia de la misma y para proteger a los celantes contra las extralimitaciones de los superiores. 4 Pero podemos dar al relato tendenciosó de Clareno un fondo histórico en el sentido de que san Francisco tuvo que hallar oposición pór parte de los ministros para insertar ese párrafo precisamente en el capítulo de la obediencia. Es interesante comparar el texto que, según Clareno, habría presentado san Francisco con la redacción aprobada por el Papa: TEXTO. PRESENTADO SEGÚN CLARENO TEXTO DE LA REGLA BULADA Dp~~quiera que estén los herma- Dondequiera que estén los herma– nos, que supieren y conocieren que nos, que supieren y conocieren que • Rotulus, ed. F. Ehrle, en Archiv für Litteratur und Kirchengescbichte, 111, Berlín 1887, pp. 124 SS. 173
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