BCCCAP00000000000000000001441

426 J. MICÓ campo prop1c10, a pesar de la pretendida democracia, para el juego de las ambiciones políticas y del dominio autoritario. Incluso los «menores» de Asís, cuyo nombre puede inducir a engaño, se unieron para arrebatar el poder al Emperador, representado por los señores feudales colabora– cionistas. La Fraternidad supuso un modelo contrastado al basar la utilización del poder en el mismo Evangelio. «Los príncipes de los pueblos se enseño– rean de ellos y los que son mayores dominan; pero entre los hermanos no debe ser así; el que quiera ser mayor que sirva y el que se considere mayor que actúe como menor» (1 R 5, 10-12). Admitiendo que en todo grupo es necesaria una autoridad lo sufi– cientemente fuerte para alcanzar los objetivos propuestos, Francisco la vacía de todo poder dominativo, creando unos controles que impidan el abuso autoritario. El único poder que tiene la autoridad franciscana es el hacer posible, mediante el servicio, que todos los hermanos sean fieles al proyecto de vida evangélica prometido al Señor. El empleo de la fuerza coercitiva para hacer cumplir esta promesa vendrá luego cuando la Fraternidad se estructure como Orden. No obstante, el principio funda– mental de ejercer la autoridad sin dominio quedará como punto de refe– rencia evangélica. CONCLUSIÓN La Fraternidad creada por Francisco es la historización de uno de los valores del Reino predicado por Jesús. Tomando los materiales cultu– rales que su entorno le ofrecía, supo fraguar un grupo cuyas relaciones personales superaron este modelo, basando en las palabras y la práctica de Jesús el nuevo modo de comportamiento, no sólo entre ellos sino también con los demás. En el fondo de todo subyace un modelo antropológico distinto al que le presentaba la sociedad y que Francisco descubrió en el Evangelio. Este nuevo modo de entender al hombre y sus relaciones fue, y sigue siendo, peligroso por cuanto comporta un desenmascaramiento del mal enquistado en el mundo. Decir y expresar en conductas significativas que el hombre sólo puede entenderse desde Otro distinto y mayor que él, es desvelar su impotencia para liberarse del oscuro mal del pecado que le atenaza e impide su plena realización. La inseguridad que le produce el sentirse débil provoca la reacción de dominio posesivo como forma

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz