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292 J. MICÓ donde todos tienen cabida y en el que pueden encontrar la gracia y el perdón misericordioso. Una visión universalista del Pueblo de Dios que, junto con la visión mística analizada anteriormente, nos permite situar en su lugar justo los diversos. niveles en que percibía Francisco la Iglesia. III. LA IGLESIA, LUGAR DE SALVACIÓN Para Francisco no había ninguna duda de que la Iglesia es un lugar de salvación; más aún, impregnado en su fe por el axioma «extra Ecclesia, m.1lla sa1us», la Iglesia se convertía en el único. lugar de salvación. Evi– dentemente, percibía la situación de ,pecado que los cristianos., y él el primero, aportaban a la institu:ción eclesial; pero experimentaba todavía con mayor fuerza 'la presencia santificadora ,de Dios. De ahí que al hacer balance de la «casta meretrix», expresión con que los Padres calificaban a la Iglesia, opte decididamente por estar y vivir en ella, puesto que la necesita para sentirse perdonado y poder experimentar la presencia grati– ficante del Señor. La Iglesia, por tanto, es para Francisco el espacio vital que necesita para poder vivir su fe con hondura siguiendo a Jesús por el camino del Evangelio, ya que sólo en ella se eséucha la Pa:Iabra y se ofrece ·la posibilidad de encuentro con el Dios ·que nos libera de nuestro pecado de hombres. 1. JESÚS, PRESENTE EN LA IGLESIA El camino espiritual de Francisco está marcado por Ia presencia· de lo divino. Si esto es· algo ·normal en el proceso de todo místico, en él esta presencia tiende a hacerse visible, palpable, física. Desde 1a experiencia de Espoleto, en que la visita del Señor desencadena un proceso de con– versión y de aclaramiento, todo su itinerario espiritual será un continuo icaminar en busca del Absoluto. Tratará de encontrar la presencia inasible de lo divino en formas visibles que sacien su hambre de salvación. El Testamerdo es un ejemplo de esta.eclesiología plástica con que Francisco 'vivía el misterio de la presencia del Señor en la Iglesia; Dé tratar de encontrarlo en las iglesias, pobrecitas, llegará a la presencia sacramental que los sacerdotes realizan por medio de,Ja Palabrth Él mismo nos confesará qu.e, al principio de su conversión, el Señor le dio tal fe en las iglesias, que oraba y decía sencillamente: «.Te adora~ mos, Señor Jesucristo, y en todas Jas iglesias que hay en todo el mundo, y te .bendecimos porque redimiste al mundo 'con, tu santa· cruz» (Test 4s). El género de vida cuasi eremítico que configuró los inicios de la conver 0

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