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LA SANTA MADRE JGLESIA 285 Sin embargCl~ a mi parecer, el .problema no radica. aquí, .sino en saber si Hugolino controlaba como. representante de la Curia e'l desarrollo de la Fraternidad, encauzándola y colocándola dentro .del es<:J:uema que tenía Roma para la estructuración de los nuevos movimientos religiosos, o si, más bien, fueron los Ministros e intelectuales los que forzaron la evolu– ción de la Fraternidad, con la aprobación de la .Curia, hacda formas• más organizadas de vida religiosa. E,I caFgo de Cardenal Protector,. aim.q11;e de modo, informail,. tenía ya un precedente.. en los•· Pobres: Catóilicos para defenderles ante' la, jerarquía regional y controlar su ortodoxia. Con relación a la Fraternidad, su 'fnn" ción comprendía, además de· la protección de la, Orden frente a los pre– lados, tambiérr el gpbierno de fa misma, en, sentido estricto: el Protector es, además, «gubernator et corrector».(2 R 12, 4). Al parecer; Hugolino, no disponía; de una planificación concreta. para la transformación, de la 01:den; Más bien fas diversas iniciativas vinieron de .los hermanos más an,tiguos de la. Orden, a los que·Hugolino les 'prestó su apoyo• porque estaban en su misma ,línea y no parecía ,que estuvieran en contradicción. con las de Francisco. Lo único en lo que Hu.golino cofa– bor.c&, sistemáticamente fue en la: consolidación de la propia estructura y en la organización jt1rnídica de• fa obediencia, elementos que' no· eran, origi 0 nales .del ·Protector sino de la misma política de la Curia, por lo que Francisco~ en principio., los .· asimiló. P~ro HugoJi:no, además de ser amigo personal de Francisco y admi– rador de la Fraternidad, era un Cardena;!' de la Curia, consciente de su responsabi:Ji'dad, en la marcha del engraaaje de 1 laiglesia romana; por eso, no es de extrañm:,• que"tratara de ayudarles en• la negociacióni de los míni– mos para que el·mnvimiento no se désbordara y pudiera formar parte de los grupos eclesiales que componíarr la vida religiosa en fa Iglesia, cosa que. Francisco debió comprender y admitir; aunque· eHo··supusiera una remodclación del 'carisma que no coincidía :plenamente con el Proyecto original. Además dé' estas relaciones burocráticas con Hugolino, la amistad que les, unía. a· pesar dé su forma de ser tan distirtteá; les permitió enrique– cerse mutuamente sin tener, por, ello; que rennnciár a sus convicciones más 'profundas; aunque tuvieran que ceder en muchas de· sus· apreciaciones (LM 7, 7; 2 Ce!: 148). Francisco veía en Hugolino a'1 hombre capaz de ayu– darle a cristalizar en la Iglesia, aunque de manera un tanto dolorosa, Ia fürma de· vida evangélica que el Señor fo nl:l:bía iris;pirado; Hugolino, sin embarg-o, admiraba en Ftancis:co al •S'anto capaz de encamar en su vida el Evangelio que la Curia pretendía proteger con su ordenaci6n jurídica., Uno y otro· pretendrerorr,favorecer"la vivencia del Evangelio en

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