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FIGURAS BÍBLICAS .EN S. f"RANCISCO 133 llamado prior, mas todos sin excepción llámense hermanos menores._ y lávense los pies unos a otros» (Jn 13, 14; 1 R 6, 3). Y .en la Admonición IV: «Los que han sido constituidos sobre otros, gloríense de tal prelacía tanto como si estuviesen encargados del oficio de lavar los pies a los her– manos... » El verdadero humilde «desea estar siempre a los pies de otros» (Adm 19, 4). Francisco usa con frecuencia la expresión «besándoos los pies» cuando escribe a otros (1 R 24, 3; 2CtaF 87; CtaO 12). EL SIGNO TAU Afirma Tomás de Celano que «la señal de tau le era preferida sobre toda otra señal; con ella sellaba las cartas y marcaba las paredes de las pequeñas celdas» (3 Cel 3). De hecho, el signo tau autógrafo se encuentra en el original de la bendición dada a fray León; también en ciertos manuscritos que contienen la Carta al mismo fray León, la Carta a todos los clérigos y el Testamento. Se supone que tal devoción a la simbólica letra griega surgió en el ánimo de Francisco escuchando el discurso de apertura del IV Concilio de Letrán, pronunciado por Inocencio III y en el que comentó la conocida visión de Ezequiel: «Y dijo Yahvéh: Pasa por en medio de la ciudad de Jerusalén y pon por señal un tau en la frente de los que se duelen de todas las abominaciones... matad hasta exterminarlos, pero no os lleguéis a ninguno de los que llevan el tau» (Ez 9, 4-6; la Vulgata dice: et signa thau super frontes ... super quem videritis thau, ne occidatis ...). Dios mánda sellar con la letra tau la frente de los justos, que serán librados del exter– minio. El papa, en la proclamación de aquella cruzada, veía en la letra tau, última del alfabeto hebreo, un preanuncio de la cruz de Cristo.. Y justamente en este sentido la escogió Francisco. La Vida JI de Celano y san Buenaventura refieren una visión de fray Pacífico: éste vio sobre la frente de Francisco un gran signo tau de extraordinaria belleza (2 Cel 106; LM Pról. 2; 4, .8). Una visión seme– jante tuvo fray Silvestre (2 Cel 109). Era el preanuncio de la estigmatiza– ción, que hará de Francisco un signo viviente del Crucificado. TESTAMENTO= ¿ALIANZA? Algunos autores han querido atribuir a san Francisco una intención bíblica al dar a su último escrito el título de testamento, como si se tra– tase de una forma de alianza con toda la proyección teológica que este concepto encierra. Pero parece fuera de duda que no quiso más que expresar su última voluntad, o sea, un «testamento espiritual», concepto que a los mismos biógrafos les costó comprender (K. Esser). LA MUJER ESTÉRIL QUE DIO A LUZ MUCHOS HIJOS {1 Sam 2, 5) He aquí un texto que no encontramos en los escritos personales de Francisco, pero, por la Leyenda de Perusa y por las fuentes que dependen de la misma, saqemos que el Pobrecillo citaba este pasaje bíblico especial-

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