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EL HOMBRE DE HOY EN El,. PENSAMIENTO DE LA IGLESIA 87 . la cruz. 29 Francisco dominó de tal forma su temperamento impositivo y vanip.oso, fácil a. la tentación de la gloria a través de la guerra y de las armas, que llegó a ser «esenc;ialmente un pacífico; y teniendo la paz en sí, la llevaba dondequiera consigo». 30 b) Ascética de la caridad El 'otro componente, con carácter prioritario, del hombre Francisco .es el arrior. Digo prioritario porque la dimensión minorítica tiene un valor eminentemente funcional, relativo, aunque sea también imprescindible y característico: facilita y adjetiva su amor cristiano. «La palabra esencial . es la de Hermano; el epíteto menor le está subordinado»; la minoridad (humildad-pobreza) es condición y forma específica del amor fi;atemo, nombre substantivo del franciscano. 31 , Si el .ser menor significa la fatiga de ser libres, el fruto, el objetivo de la libertad de Francisco tiene un nombre: amor, es decir, apertura del corazón, con absoluta credibilidad, a Dios y al .prójimo, a Dios y a todas las criaturas de Dios. He aquí, en síntesis, el itinerario del hombre evangélico Francisco: el itinerario . de una conversión, tan larga como su propia vida; en ·res– puesta a la gracia de hacer penitencia con que le encontró y comprometió el Señor. A: punto de morir, dice Celano, resuelto e infatigable en su em– peño de santa conversión, anhelaba siempre comenzar de nuevo; y hubiera deseado dedicarse otra vez al servicio de los leprosos (cf. 1 Cel 103; LM 14, 1; Lm 7, 1). Cumplidos veinte años· desde el día en que el Señor le dio la gracia de convertirse,. a punto de expirar, este hombre vive, con juvenil apasionamiento, la experiencia de su encuentro con Dios y con el ,_hermano. El recuerdo_ de la náusea que le daba ver los leprosos, cambiada misteriosamente en gozo, es decir, el recuerdo de su experiencia de hombre . evangélicamente libre que se realiza en el amor puro y heroico, refleja · el imp~cto que dejó en toda su vida aquella opción cristiana y llega hasta nosotros, con el acento de una última voluntad, para decirnos que nuestra · vocacion franciscana es, sobre todo, una llamada a la libertad en función · de la caridad: · 2• Cf. 1 R 2; 7; 10; 14; 16; 17; 2 R 3; 5; 10; Adm 5; 6; 13; 14; 15; 20; CtaA; CtaM; BenBer; ExhCl; VerAl; etc. 30 P. SABATIER: L'originalitii di S. Francesco d'Assisi, Turín 1908, pág. 6. Cf. S. LóPEZ: Fra11cisco, un hombre comunión, en Sel Fran núm. 11 (1975) J54s.; L. ROBINOT: Los caminos de la paz según S. Francisco, en Sel Fran núm. 11 (1975) 167s.; O. ScHMUCKI: San Francisco de Asís, mensajero de paz en su tiempo, en Se( Fran núm. 22 (1979) 133s:; S. Cu,sEN: Francisco de Asís y la cuestión social, en Sel ,Fran núm. 9 (1974) 266s. ·. ·•.- . · . . . 31 K. EssER: la Regla definitiva dé "los Hermanos Menores a la luz de las _recientes investigaciones, en CFR núm. 6 (1969) 83 y 108; IDEM: La Orden - francist:Jana. Orígénes e ·ideales, Arániazu 1976, pág. 335s,; L. BoFF: Jesús de Nazaret y Francisco de Asís, en CFR núin. 32 (1975) 212-213; IDEM: La no mo– dernidád de Franciseo, en CFR núm. 35 (1976) 144.145; B.· KLoPPENBURG: La mino– ridad en la Fraternidad francisqana, en CF.R n(µn,, 7 (1969) 147s.

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