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kEFLEXIONÉS SOBRE ÉL TEStAMENtO 41 que venía de Roma montado, se bajó para recitar el Oficio sin ten,!r en cuenta la lluvia que caía, mojándose por completo. :Él mismo explicaba la razón de su conducta: «Si el cuerpo toma tran– quilamente su alimento, que más tarde, a una con él, será pasto de gusanos, con cuánta paz y tranquilidad debe el alma tomar su alimento que es su mismo Dios» (2 Cel 96). 10. Y todos los otros hermanos estén obligados igualmente a obedecer a sus guardianes y a hacer el Oficio según la Regla. Y a los que se descubra que no hacen el Oficio según la Regla y quieren variarlo de otro modo, o que no son católicos, todos los hermanos, dondequiera que se hallen, estén obligados por obediencia, dondequiera que encuentren a uno de estos, a presentarlo al custodio mds próximo de aquel lugar en que lo encuentren. Y el custodio esté firmemente obligado por obediencia a cus– todiar-lo fuertemente, como a hombre en prisión día y noche, de suerte que no pueda escapar de sus manos hasta que lo consigne personalmente en manos de su ministro. Y el ministro esté firmemente obligado por obediencia a enviarlo por medio de tales hermanos, que lo custodien día y noche como a hombre en prisión, hasta que lo presenten al señor de Ostia, que es señor, protector y corrector de toda la Fraternidad (Test 30-33). La obediencia a los guardianes y el rezo del Oficio, que él con tanto empeño ha pretendido ejemplarizar en el fragmento anterior, aquí lo urge a todos los frailes. La machacona insistencia con que pide sean cumplidos estos deberes tendría su explicación en la fundamentalidad que dichos valores represen– taban para la Orden. Ya hemos insinuado antes la importancia de la obe– diencia jerárquica en un grupo de exclusiva referencia personal. El único vínculo de unión que articula toda la trama de la Fraternidad es esta relación obediencia!, por eso tiene que ser mantenido inexorablemente contra todo peligro de disgregación. El Oficio podría ser también uno de los elementos aglutinantes del grupo. Según el P. Esser, obediencia y Oficio divino constituyen el núcleo por el que la Fraternidad se identifica como Orden Religiosa. 22 Dentro de este contexto tendrían sentido las duras penas con que castiga a los infrac– tores de estos deberes. EL OFICIO DIVINO Los abusos que se intentan corregir están encarnados por dos grupos de frailes, que en el texto separa la partícula disyuntiva «o». Unos son los que no rezan el Oficio según la Regla o quieren variarlo. Los otros 22 K. EssER: Das Testament des hl. Franziskus von Assisi..., Münster 1949, pág. 182s.
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