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María y los ángeles 435 bien sea como « raíz-fundamento )), ya sea corno resultado– resumen de las demás funciones. En cualquier caso, en íntima dependencia con la « maternidad espiritual>> hay que estudiar las demás funciones de mediación-corredención-dispensación de las gracias. También en este título de <e madre espiritual>> queremos resumir toda la influencia sobrenatural de María en los án– geles. En la parte histórica hemos recogido ya algunos testi– monios de esta denominación. Con ello queda ya justificado, desde este punto de vista, el planteamiento del problema de una rigurosa maternidad espiritual de María sobre la Iglesia de los ángeles. Ahora proponemos la cuestión desde un punto de vista más bien sistemático. Todos los redimidos, nuestra Iglesia de viadores, recibe toda la vida sobrenatural por influjo vital de María. Sin em– bargo, no toda causalidad, ni aun todo influjo vital se puede expresar con la denominación de e< padre-madre )>. En el orden sobrenatural tenemos que e] Espíritu Santo recibe la vida divina del Padre y del Hijo y no hay acción generativa. La acción sobrenatural, vital, de María sobre los hombres es << ma– ternidad>> porque, por su misma naturaleza, tiende a configu– rarnos con la imagen del << Hijo de Dios ii. No hay en la actual economía gracia comunicada a la creatura que no tienda a esta configuración con el Hijo de Dios, a hacernos a nosotros mismos << hijos adoptivos i>. ¿ Puede afirmarse una auténtica maternidad espiritual de María sobre los ángeles, y en qué amplitud e intensidad? a) El influjo sobrenatural de María sobre los ángeles lo hemos encontrado en la historia y lo hemos afirmado sistemá– ticamente: Toda gracia de los ángeles se debe a los méritos de María; le tiene a ella como causa ejemplar, eficiente y final. b) Que la gracia comunicada por María a los ángeles sea << cristiforme )), es decir, que por sí misma tienda a << configu,rar 1 > a Cristo en los ángeles, también nos parece seguro, desde los principios sustentados más arriba. No hay en la actual econo– mía de salud ninguna gracia que no sea gracia de Cristo en el sentido más fuerte e intenso de la palabra: gracia que mana de Cristo, que se ordena a Cristo y que << reproduce i> a Cristo

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