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432 P. Alejandro de Villalmonte, O. F. M. Cap. b) Un examen detenido de estos datos nos lleva a la afir-· mación del primado absoluto de Cristo: Principio de los ca– minos de Dios, la razón de ser, el sentido, la cumbre de toda la creación sobrenatural y natural. Que este primado absoluto se explique en la forma clásica entre los escotistas, o al modo propuesto por C. de Vega, es indiferente, para nuestro caso. c) Como consecuencia hay que concederle a Cristo una capitalidad sobre los ángeles tan intensa y total como la que ejerce sobre sus redimidos. Cristo es la causa universal: final, ejemplar, eficiente de toda la vida sobrenatural concedida a los ángeles, en cualquier estado. d) En virtud del principio de analogía, una de las bases de la Mariología científica, hay que atribuirle a María un pri– mado, capitalidad e influjo causal del todo similar y tan am– plio e intenso - en su plano-, como el que Cristo ejerce sobre los espíritus celestes. e) Por consigitiente, toda la gracia y vida sobrenatural que Dios concede a los ángeles, se la concede por los méritos y bajo el influjo de la acción de María. Como en nuestra Igle– sia de viadores, no hay ninguna gracia que no se deba a los mé– ritos de María, tampoco la hay en la ce Iglesia de los ángeles)). 2. - Características del infiujo de María en los ángeles Los caracteres generales quedan ya indicados, al afirmar que el influjo de María sobre los ángeles es similar - en ampli– tud e intensidad - al que ejerce sobre nuestra Iglesia de via– dores. Los diversos títulos que se atribuyen a María respecto de los ángeles, nos van a servir de guía para describir las ca– racterísticas del influjo sobrenatural sobre ellos. a) l'vl aría reína de los ángeles. -- Es tal vez el título que más frecuentemente se utiliza para expresar las relaciones en– tre María y los ángeles. El título se refiere, sin duda, a la excelencia, autoridad y dominio que María tiene sobre los espíritus angélicos. En vir– tud de su maternidad obtiene sobre ellos derechos del todo similares a los que su Hijo tiene por la unión hipostática. Por razón de su excelencia, de su exaltación y gloria sobre todos