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María y los ángeles 43 1 rantía al mismo tiempo que la consecuencia y la explicación de la unidad-unicidad-continuidad del plan divino de salva– ción, de la actual historia santa de nuestra salud. III. -- NATURALEZA DEL INFLUJO DE MARÍA EN LOS ÁNGEI.ES Aunque este sea el capítulo central de nuestro estudio, sin embargo, después de lo dicho en los dos anteriores, no será necesario que nos detengamos mucho en él. Bastará subrayar algunas ideas, que serán las más interesantes como conclusio– nes de lo anteriormente estudiado y de todo nuestro trabajo en general. I. - Realidad del infiitjo de }.,1 aría en los ángeles En el plano sobrenatural la excelencia de María y su su– perioridad sobre los espíritus celestiales es indudable. La ma– ternidad divina, como gracia, es cualitativamente superior a toda otra gracia concedida a pura creatura. Como consecuen– cia de esta << jerarquía Jl cualitativamente superior en que está colocada María, su influjo sobrenatural en los ángeles es inne~ gable. Se podría discutir únicamente la amplitud e intensidad de dicho influjo. Nosotros afirmamos el influjo de María en los ángeles, que es sustancial por su intensidad, y imiversal por su amplitud: se extiende a todo el ser sobrenatural de los ángeles, en cual– quier situación en que se les encuentre y para todo el desa– rrollo de su dinamismo. Los fu,ndamentos de nu,estra afirmación quedan ya expli– cados en el apartado anterior. Ahora proponemos únicamente, en forma sintética, el proceso completo de la argumentación teológica: a) Las fuentes de la revelación no dan premisas inmedia– tas para nuestra conclusión. Pero presentan estos datos bási– cos: Los ángeles están incorporados, en alguna forma, a nues– tra economía de salvación. Hay una unidad y continuidad manifiesta en todo el plan divino de salvación. El plan divino de salvación está centrado en Cristo de modo bien claro. Se habla expresamente de la excelencia de Cristo sobre los ángeles.