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P. Alejandro de Villalmonte, O. F. M .. Cap. 3) Si pensamos que la fuente de la vida para todo el Cuerpo místico, es la vida dolorosa de Cristo culminando en la cruz, también entonces hay que señalar la unidad entre ángeles y hombres: toda la vida sobrenatural de ambos gru– pos se les concede por los méritos de Cristo Redentor, adqui– ridos por el dolor y la cruz y no por otros caminos distintos ( 63 ). Son claras las aplicaciones de semejantes teorías a las relaciones de 11,f aría con los ángeles. Desde el momento en que los espíritus celestes forman una misma Iglesia con los hom– bres (unidad específica), María ha de ejercer las mismas o similares funciones maternales de mediación y corredención y, en general, hay que concederla a la Madre de Dios, con re– lación a la J glesia angélica, un puesto del todo similar y una influencia idéntica a la que ejerce en la Iglesia nuestra, la de los hijos de Adán. 3. - Unidad del plan di'.vino de salvación Tanto en la cuestión del primado de Cristo-María, como en la capitalidad e influjo sobrenatural de ambos sobre los ángeles, hay subyacente una idea que merece ser puesta en claro: la unidad y continuidad de un idéntico plan divino de salvación que, partiendo de Cristo comprende a María, a los ángeles en cualquiera de sus e< situaciones n sobrenaturales de viadores y glorificados -, a los hombres en todas circun– stancias cumbres de la historia de salud, desde la creación– elevación-caída-restauración, hasta la glorificación ( 64 ). Siempre que se plantea el problema del primado de Cris– to-María, se ventila simultáneamente la cuestión del puesto que les corresponde en la actital econoniía de salvaáón. Pero ocurre preguntar cuál sea, en verdad, la actual economía de salud. Y no podemos dar otra respuesta sino esta: tomemos la Biblia y recojamos de allí los datos fundamentales de la historia sagrada: historia de la salud que Dios vino a dar al mundo. Y luego, estos mismos elatos, en cuanto que recta– mente pensamos, tienen desde la eternidad una existencia (63) Cf. nota 56. (64) Indicamos en síntesis nuestro pensami,,nto sobre la unidad del plan di– vino de salvación: porque una mayor explicación y demostración nos llevaría, de momento, demasiado lejos del tenrn. de este trabajo.

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