BCCCAP00000000000000000001435

María y los ángeles 42r ma de la influencia de Cristo sobre los ángeles ( 53 ). General– mente no se encuentra dificultad en admitir la capitalidad de Cristo sobre los ángeles, aun entre los que no admiten el pri– mado absoluto en alguna de las formas indicadas o similares. La gloria accidental que reciben de Cristo, las ilustraciones en los misterios de la vida divina, el gobierno y señoría que Cristo ejerce sobre ellos como rey, el hecho de que hayan sido ordenados a Cristo como su fin, bastarían para justificar una auténtica capitalidad de Cristo sobre los espíritus celestes ( 54 ). Partiendo de la tesis del primado de Cristo al modo esco– tista (o formas similares) la capitalidad de Cristo sobre los án– geles logra una amplitud, intensidad y contenido tan denso como cuando se habla de su capitalidad sobre los hombres, sobre los descendientes de Adán pecador. Efectivamente, des– de el momento en que Cristo es el primero de los predestina– dos, se convierte en la fuente originaria de toda vida sobrena– tural: los hombres redimidos por él, Adán en su estado de ino– cencia, la gracia y la gloria de los ángeles, todo tiene a Cristo como principio; por que él es el comienzo y razón de ser de la actual economía de salvación. En esta visión total e intensamente cristocéntrica, Cristo cumple perfectamente todas las condiciones que se requieren para ser cabeza de los ángeles, por su excelencia, lugar pree– mineilte e influjo vital sobre los miembros. Particularmente el influjo vital: la predestinación de los ángeles, su perseve– rancia en la gracia, las gracias todas que han recibido, la glo– ria, se la deben esencialmente a los méritos de Jesucristo, en la misma amplitud en que son deudores a Cristo los miem– bros de la Iglesia terrenal ( 55 ). Es obvio que se plantée la cuestión de saber en qué forma y qué clase de <l méritos de Cris- (53) Rom. 8, 29; Ef. I, 2ss.; Col. r, 1.5ss.; Hb. r, 5ss. (.54) Esta es la interpretación más corriente dentro del tomismo. Cf. SALMAN– TICENSES, C1trs1,ts theologicus. Tractat·us de incarnatio-ne, disp. XXI: De gratia capi– tali Christi, dub. V; tract. XXI, clisp. 28, dub. X: Utr-um CJwistits ,nerucrit angelis. (55) Una visión escotista del problema en DEL CASTILLO VELAsco Fr., O. F. M., SubtiJissimi Scoti doctorum super 3m. Sent. librwn, tom. 1: De incarnatione Verbi Dei et praeservatione Virgi-nis .A1ariae ab originali, Antuerpiac 1641, .551 fo– lios; disp. 13, q. 2: « Utrum Christus in quantum horno sit caput angelorum" (fol. 258b-26ob). Cristo mereció a los ángeles la gracia y la gloria esencial: ibid., q. 4; fol. 277-284; DELGADILLO Cr., O. F. M., Du.o tractatus, alter de incarnatione, de adoratio-ne alter . .. , cap. 7 diff. 7 dub. 6, Compluti 1653, 237b-239.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz