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420 P. Alejandro de Villalmonte, O. F. M. Cap. el simple decreto que ordena la actual economía de salvación, Dios elige y quiere, en primer término a Cristo Redentor, pa– sible, crucificado. Como desglosando la virtualidad de este primer decreto vienen los siguientes: - Al lado de Cristo y por sus méritos es elegida María, ,en su oficio de corredentora del género humano. - Pór amor a Cristo-María, bajo la influencia causal, final, ejemplar y eficiente de Cristo y su Madre, son queridos todos los demás seres que integran el universo natural-sobrenatural, así como las diversas jerarquías del mismo. - Especialmente, como consecuencia de querer eficaz– mente a Cristo pasible, quiere Dios pernútir el pecado del hom– bre; para que el plan sobre Cristo-María, como fundamento, cumbre y síntesis de la economía de salvación, pueda llegar a realizarse ( 52 ). No vamos a discutir ahora lo acertado de la tesis del pri– mado de Cristo-María, en cualquiera de los dos formas: la tradicional entre escotistas y la que recoge C. de Vega. En todo caso aparece indudable que la afirmación de un influjo sobrenatural total de María en los ángeles, era fundamentada por estos autores en principios tan sólidos y básicos para e– llos como lo es la tesis del primado absoluto de Cristo-María ,en la actual economía de salvación. 2. - Capitalidad de Cristo-lvfaría sobre los ángeles Si Cristo es el « Principio ele los caminos de Dios>> ad ex– tra, ya es del toda clara la relación que los ángeles han de te– ner con Cristo. Igualmente, como María participa del primado de Cristo, ha de gozar de unas relaciones similares con los espí– ritus celestes. Ya más en concreto estas relaciones son expre– sadas por los teólogos mediante la tesis de la capitalidad de Cristo sobre los ángeles. Vamos a estudiar brevemente este punto y sus aplicaciones al problema de las relaciones de Ma– ría con los ángeles, que ahora nos ocupa. a) Cristo cabeza de los ángeles. - Varios textos de san Pa– blo han dado ocasión a los teólogos para plantearse el proble- (52) VEG-A estudia expresa y ampliamente la cuestión en la palestra II, certa– men r-6, nrs. 131-205; vol. I, 37ss.

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