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María y los ángeles En la segunda mitad de este siglo XVII, el problema de las relaciones entre María y los ángeles, es objeto de un estu– dio amplio, sistemático y más completo que ninguno de los anteriores, en la Theologia Mariana del jesuita español P. Cris– tobal de Vega. En esta enorme y farragosa obra hay todo un verdadero tratado sobre« Teología Mariana en orden a los án– geles>> ( 40 ). Aquí, como en toda la Theologia Mariana de C. de Vega, habrá que separar las ideas valiosas, de otras realmente inutilizables y hasta impertinentes. Como fundamento sistemático de una posible influencia interna y universal de María en los ángeles, estudia Vega el puesto de María en la actual economía de salvación: Predes– tinada en el mismo primer decreto que Cristo Redentor, Ma– ría participa de su dignidad e influjo. Cristo es cabeza de los ángeles en toda la extensión y amplitud del orden sobrena– tural y para todos los efectos y vida sobrenatural de los espí– ritus celestiales, sin posible excepción. En la misma amplitud es María reina, cuello del Cuerpo místico integrado también por los ángeles ( 41 ). En el caso de C. de Vega, el primado absuluto de María al lado de su Hijo, no hay que entenderlo en la forma que se ha hecho clásica entre los escotistas, según veremos más abajo. Aclarando ya más concretamente el hecho del influjo so– brenatural de María en los ángeles, Vega se refiere - más cons– tantemente - a los títulos de reina-cuello-corredentora, que María ostenta con relación a los espíritus celestiales. Hablar de un auténtico reinado de María en los ángeles carece de sentido, si no se concede que la gracia primera de los ángeles depende de los méritos e impetración de María ( 42 ). (40) DE VEGA C., S. J., Theologia l1lariana, hoc cst, certamina litteraria de Bea– tissima Virgine Deigenitrice ,U aria ... En la Palaestra XXIII, certamen I-6 « Theo– logiam in ordine ad angclos marianam rúnatur "; en el vol. Tl, 1514ss. Citaremos siempre el número, que sigue numeración única en ambos vols., el vol. y la página. (41) ,, Sicut Christus futurus esset caput angelorum, ita beata Virgo futura erat eorundem regina ... quod eo magis urget, si teneamus cum pluribus, Chri– ;,i:um esse caput angelorum, non solum quoad ministeria, vel secundum accidenta– lem influentiam revelationum aut gaudiorum accidentalium, sed etiam secundum influxum omnis gratiae ac gloriae; ac consequenter Heatam Virginem esse collum etiam inordine ad angelos secundum omnes illos influxus ... " (nr. 1520; vol. 2, 212a). (42) « Ad hoc ut Deipara regnum suum in naturam angelicam protendat, opus est ut gratia ipsis angelis ab initio collata pendeat a beatae Virginis merito et im– petratione » (ibid., nr. 1523; vol. 2, 213b, y siguientes).

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