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Origen del dogma de la virginidad de María 15 con la debilidad humana, sujeto a la ley; en la humilde condición de hombre de nuestra raza'. 3. El silencio de los evangelistas Marcos y Juan no es dificultad de importancia. San Marcos intenta transmitirnos el «evangelio:P de Cristo, no su vida entera. Quiere dar un resumen de su predicación y de su obra salvadora. En tal caso, no interesaba hablar del origen del Mesías. Lo que importaba era hablar de Cristo desde el momento en que empezó a ejercer públicamente su actividad mesiánica, desde el mo– mento del bautismo. Marcos evita llamar a Jesús «hijo de José)). Para él es continuamente el «Hijo de Dios», "Hijo de David,i, el «Hijo del Hombre»: títulos mesiánicos. Si alude a su origen humano le llama ,.,Hijo de María,, (Me. 6, 3). Expresión que tal vez pudo valer en aque– llos primeros tiempos como una formulación implícita de la creencia en la concepción virginal de Jesús, carente de padre humano•. Sobre San Juan hay que decir algo similar: Cuando el IV evan– gelio se preocupa del origen de Cristo, la atención se dirige al origen eterno en el seno del Padre. Y luego es presentado fijando su tienda entre nosotros para ser la Luz y la Vida del mundo. Más datos sobre su origen humano no interesaban al autor; o podía, dentro de su plan, darlos por bien conocidos en sus lectores. 4. Finalmente, no ha dejado de llamar la atención de que los mismos evangelistas Mateo y Lucas no vuelvan a hacer alusión a la concepción virginal. Es más, cuando se refieren al origen humano de Jesús, le llaman continuamente el «hijo de Josén, sin advertir peculiaridad ninguna. Esta seria la versión primitiva del origen de Cristo. En su afán de divinizarlo, los cristianos habrían fingido la leyenda de la concepción virginal; que luego insertaron en los evan– gelios canónicos. Tendremos ocasión de ver que el recurso a las interpolaciones o influencias paganas carece de fundamento científico. Respecto a la expresión «hijo de José,J, Mateo y Lucas, sobre todo después de haber narrado la concepción virginal, no podían tener inconveniente en ponerla en boca de la gente; porque era la común manera de hablar. Ni tienen por qué utilizar otra forma los personajes que intervienen en la historia evangélica. Esta confianza con que se expresan Mateo y Lucas indica la seguridad del terreno que pisan y la falta de pre- 4. OEUPPENS, ob. cit.. pg. 83. 5. ID., ibid., pg. 84.

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