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14 Alejandro de Villalmonte, o. F. M. Cap. otros escritos del Nuevo Testamento, e incluso se ofrece en contra– dicción con lo que los otros libros históricos y los mismos Mateo y Lucas parecen saber sobre el origen de Jesús 2 • l. En la predicación de Jesús no encontramos alusión ninguna a su origen. o entrada milagrosa, virginal, en el mundo. Ciertamente; pero tampoco podía entrar en los planes de su predicación. La pre– dicación de Jesús se centra en la proclamación del reino de Dios, su irrupción en el mundo en la predicación y en la persona misma de Jesús; y luego, la instauración del reino en la muerte y resurrección de Jesús. Para grabar en la mente de los oyentes estas verdades ele– mentales, no interesaba, de momento, saber nada sobre el modo de cómo el Fundador del reino había entrado en el mundo. Por otra parte, la «economía)) con que Jesús administraba gradualmente la exposición de su Mensaje aconsejaba la más elemental reserva en este punto, a fin de no crear nuevas dificultades insuperables para la mentalidad relig.iosa de los judíos y sus ideas mesiánicas 3. 2. Tampoco San Pablo ha recogido en sus escritos el dogma de la virginidad de María. Pero esta ausencia coincide con la tendencia general de San Pablo a ser muy parco en ofrecernos datos sobre la vida terrestre de Cristo. Por eso la falta de alusión al nacimiento vir– ginal nada tiene de extrafio. Pablo centra su teología en torno a Cristo muerto y resucitado, «en quien estaba Dios reconciliando al mundo consigo)) (2 Cor. 5, 19). Pablo nunca tuvo intención de des– arrollar una Cristología sistemática. Según las circunstancias y las necesidades concret~s de los destinatarios de sus cartas, desarrollaba éste o el otro aspecto del misterio de Cristo. En su Cristología, emi– nentemente soteriológica, el hecho de que Cristo haya entrado en la historia humana virginalmente no tiene mayor importancia. Pudo San Pablo desarrollar su soteriologia y su doctrina del Cuerpo mís– tico sin recurrir al hecho de la concepción virginal. Para demostrar la divinidad de Cristo, para explicar que Dios está en Cristo recon– ciliando al mundo consigo, no se vió precisado Pablo a hacer men– ción del origen virginal del Salvador. La expresión de Gal. 4, 4, «envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley)), nada dice a favor o en contra de su origen virginal. Simplemente se destaca que Cristo se hizo verdadero hombre «ex patribus, secundum carnero,,; cargado 2. Las principales objeciones racional:.stas que aquí examinamos, pueden verse rEcogidas en ks estud:os citados, de LAGRANGE, VOSTÉ, SCHMID, CEUPPFNS. S. VCSTÉ, De Concep,tion,e virginau, pg. 39 SS. CEUPPENS, De Mar. bíblica, pg. 81 L SCHllUD, Evang. n :1.ch Luk., pg. J8 s.

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