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Origen del dogma de la virginidad de María 13 testificado en la Iglesia por testigos inmediatos. Al describirlo se le vino a la mente la profecía de Is. 7, 14; ¿qué relación quería estable– ~er entre la profecía y el hecho? En Isaías se anuncia la salud mesiá– nica, y ahora, al venir el Mesías al seno de María, la salud mesiánica entra en el mundo. Y no sólo la salud mesiánica en general, sino que la misma concepción virginal del Mesías, al menos después de verla realizada en Maria virgen, podía haber sido prevista por Isaías en aquella virgen madre de un niño prodigioso. Mateo expresaba una GOnvicción, tal vez corriente en su tiempo, de que Is. 7, 14 anunciaba la concepción virginal del Mesías. Todo intento de ilustrar los he– chos del Nuevo Testamento desde las previsiones del Antiguo Tes– tamento se consideraba laudable y de buenos resultados para una apologética apostólica e interesada en la cura de almas. 2. MATEO Y LUCAS, COMO TESTIGOS DE LA FE DE LA IGLESIA. Es bien conocido el hecho de que los evangelios son unos escritos de intenso carácter comunitario y eclesiástico: en su contenido son la condensación de las palabras, enseñanzas, milagros, acciones de Jesús, tal como éstas venían siendo contadas en las diversas comu– nidades por boca de los apóstoles y demás predicadores evangélicos. No hay que olvidar las modificaciones de tipo redaccional impuestas por los autores al material que preexistía ya en la Iglesia. O que, in– cluso, había sido ya en gran parte elaborado antes de recibir la re– dacción que debemos a Mateo y Lucas, en nuestro caso. Teniendo a la vista estas afirmaciones, podría parecer innecesario demostrar que Mateo y Lucas hablan como testigos de la tradición y no por inicia– tiva personal al narrarnos la concepción virginal de Jesús. La crítica racionalista insiste en que el relato de Mt. 1, 18-24 y Le. 1, 26-38, permanece aislado en el conjunto del mensaje del Nuevo Testamento, y aun de los evangelios respectivos. Signo inequívoco de inautenticidad. El hecho de que actualmente figuren en los evange– lios canónicos habría que explicarlo por interpolación tardía, bajo el influjo de las ideas paganas referentes al origen de los grandes per– sonajes históricos. Vamos a examinar este punto. La autenticidad lucana y mateana de los textos aludidos, desde el punto de vista de la crítica textual, parece bien asegurada. No es necesario insistir en este aspecto del problema para la finalidad de nuestro estudio. Nos fijamos en otros argumentos de orden interno que se aducen para combatir la autenticidad histórica de las perícopas de Mateo y Lucas: la idea de la virginidad de María es desconocida en todos los

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