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. 28 Alejandro de Villalmonte, O. F. M. Cap. El relato lucano de la concepción virginal en su estructura de con– junto y en los más pequeños detalles delata un origen literario com– pletamente semita, no helenista. El autor no pudo ser otro que un judío de Palestina con esmerada formación literaria. Aunque sin que– rer imitarlas en sentido estricto, sin duda se inspiró en escenas del Antiguo Testamento, como son el nacimiento de Isaac, Samuel, San– són. Se nota a cada paso que nos hallamos junto a un hombre que tiene su mente llena de las ideas y de las mismas expresiones litera– rias del Antiguo Testamento. Lo cual a penas puede ser posible, sino en judío de nacimiento y de buena formación escriturística. El lenguaje primitivo de la "historia de la infancia,, entera y de nuestra perícopa no pudo ser el griego. Hay que pensar en el arameo o el hebreo, los únicos idiomas en que podían escribir los judíos pa– lestinenses. Nuevos argumentos para demostrar el origen judío-palestinense de la narración hay que verlos en el estilo rítmico que se ofrece con tan– ta frecuencia en estos dos capítulos de San Lucas. Esta forma rítmi– ca de escribir es típica de los escritores del Antiguo Testamento y de los escritores judíos. Así se conservaron, en frases cadenciosas fáci– les de retener en la memoria, las ideas tradicionales del Antiguo Tes– tamento, durante siglos. Las enseñanzas de Jesús también pasaron por esta forma literaria. Esto no lo podía hacer un judío-helenista Ni por tanto el mismo San Lucas, pagano de nacimiento. Hay que pen– sar de nuevo en un primitivo autor palestinense, cuyas característi– cas Lucas tuvo un enorme acierto de conservar intactas. Fijándonos ya más en el contenido se ve que, originariamente, tampoco pueden provenir de Lucas: todo el ambiente cultural que está en la base de la narración y le sirve de fondo, es específicamen– te judío. Incluso hay fuertes indicios para pensar que fuese un sacer– dote, ya que el conocimiento que tiene del templo y el interés que tiene por las escenas en torno al templo y a Jerusalén delatan con bastante claridad un hombre de piedad judía y sacerdotal. La pre– sentación, la psicología de los personajes, su mismo lenguaje es tan intensamente viejotestamentario y judío, que resulta imposible para un hombre nacido pagano como Lucas, lograr una tan perfecta aco– modación y connaturalidad con el ambiente extraño. Como conclusión de este pequeño examen sobre la índole literaria de Le. 1, 26-38 hay que decir: el autor originario y primer redactor de la historia de la infancia y de la concepción virginal, fué sin duda un Y las infa.ncias de los héroes. XVII Semana bíblica espailola. Madrid, 1958; pg. 85-113. TD.: Géneros literarios en los evangelios. «E~tudios Bíblico.,», 13 (19541, 289-318.

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