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24 Alejandro de Villalmonte, O. F. M. Cap. suas10n de que Cristo ha resucitado y vive de nuevo ante Dios. Esta es la fe primitiva. Lo del sepulcro vacío, la ida y venida de mujeres y discípulos, las apariciones son «narraciones,) posteriores que se han añadido para dar cuerpo, sensibilizar y escenificar la idea teológica indicada que era la primitiva: Cristo vive en Dios y en la intimidad religiosa de los que creen en EL Algo similar acontece con el nacimiento de Jesús: primero fué creído y predicado como una verdad teológica cuyo contenido y sen– tido más hondo era éste: Cristo entra en el mundo como un testimo– nio del señorío de Dios sobre la historia. Su nacimiento es maravillo– so porque, en el fondo, los caminos de Dios son inescrutables y la vida de Jesús, su misión, su destino están en forma especialísima ei1. manos de Dios; la concatenación de las causas naturales que deter– minan la aparición y actuación de los otros personajes históricos, son desatendidas aquí, quedan desvalorizadas y resplandece únicamente la acción divina, siempre (<milagrosa)). Posteriormente se quiso sen– sibilizar esta idea teológica, darle un cuadro escénico para que fue– se accesible a la inteligencia popular, para el servicio catequético y las necesidades de la cura de almas. Y así nació la narración-leyenda de Lucas sobre la concepción de Jesús: con la aparición del ángel, diálogo con la Virgen y proclamación de que la aparición y concepción del Mesías se va a realizar «por obra del Espíritu)), no por obra de hom– bre alguno 22 • B) El motivo de la virgen-niadre.-El otro «motivo» que encon– tramos en el relato de Lucas 1, 26-38, es el motivo de la <<Virgen-ma– dre». Es un motivo y tema completamente característico de Lucas y que le aparta de las leyendas mitológicas sobre las teogamias. ¿Cómo explicar este nuevo elemento que aparece en la narración y esta nue– va forma de variar el «teman? Los judíos helenistas, dice Dibelius, estaban ya preparados para este cambio por el texto de Is. 7, 14, en que se habla de que el naci– miento del Emmanuel será de una virgen «parthenos», según la ver– sión de los LXX que ellos leían. Claro que el mismo traductor griego y los que entendieron que la profecía hablaba del parto de una «vir– gem), nunca pudieron llegar a esta idea, sino después de haber cono– cido las mitologías paganas, particularmente egipcias". C) Exclusión de padre humano.--Queda otro tercer motivo en la 22. Ibid., pg. 36-39. 23. Ibid., pg. 40-42'.

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