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Origen del dogma de la virginidad de María cepción milagrosa de hombres santos, bajo la acción de Dios y con exclusión de padre humano. ¿Cuál es el sentido de tales afirmaciones? Ciertamente, reconoce Dibelius, no se trata en tales alegorizaciones de afirmar la concepción virginal como hecho histórico. Un judío no podía excluir la interven– ción del padre humano. Se trata de un ((teologúmenon),: tales des– cripciones de la intervención extraordinaria de Dios en la concepción de algún hombre, quier,en inculcar únicamente, esta idea teológica, de profundo significado religioso: el absoluto dominio de Dios que dispone de la vida del hombre y dirige providencialmente la aparición de los grandes hombres predestinados para alguna. misión '". Al llegar el cristianismo era casi inevitable que se aplicase al ori– gen de Cristo una teoría semejante. Cuando la mayor gloria y ala– banza de un elegido de Dios era el ser <<engendrado segím el espíritu», más que nadie debería aparecer como tal, como engendrado por el Espíritu, Jesús, el Ungido por excelencia. De este modo en los prime– ros años, la idea del origen virginal de Jesús fué creída y predicada como un «teologúmenon)) cristiano; antes de pasar a ser descrita y sensibilizada en una narración ( «.leyendan) como la que poseemos ac– tualmente 21 • ¿Qué se quiere decir con la afirmación de que la concepción vir'" ginal de Jesús fué, primariamente, un ((teologúmenon))? Quiere de– cirse esto: los cristianos no saben a punto fijo cómo Jesús vino al mundo; o incluso pudieron pensar que vino como los demás hom– bres; o simplemente no querían interesarse en este problema. Si ellos luego le llegan a atribuir un origen virginal, es que quieren manifes– tar un interés teológico, inculcar ante todo una idea teológica: el supremo dominio de Dios sobre las circunstancias todas más concre– tas que acompañan la venida del Mesías; su especial intervención en la historia, dominándola como Señor y ordenándolo todo a sus fines. Si alguna vez Dios es el Señor de la historia y de los acontecimientos naturales, lo será al enviar al Mesías al mundo: Tal es la idea teoló– gica que quieren inculcar los primeros cristianos hablando de la con– cepción de Jesús «según el Espíritu», con exclusión del legítimo espo– so de María. El dato histórico concreto se desvanece y ni siquiera ha sido objeto de su atención ante la importancia de la afirmación teo– lógica. Lo que mejor delata el pensamiento de Dibelius en este punto es su alusión a la Resurrección de Cristo. Lo importante aquí es la per- 20. ID., ÜJid._, pg. 18 ES.; 25-35. 21. Ibid., pg. 35-36.

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