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Origen del dogma de la virginidad de María 17 La idea de mujeres de raza humana que entran en comercio con los dioses y de las que nacen hombres excepcionales, héroes, hijos de dioses, se encuentra con relativa frecuencia en los escritores griegos y helenísticos. Dentro de esta interminable proliferación de bodas sagradas entre dioses y mujeres podríamos señalar, tal vez, tres tipos: a) La forma más antigua, la que podría denominarse homérica, es aquella en que los dioses se acercan a las mujeres y se comportan con ellas como cualquier amante humano. Los héroes primitivos son fruto de tales uniones. b) En otro segundo grupo hay que proponer los casos en que el contacto de los dioses con alguna mujer se hace en forma indirecta: por medio del viento, el rocío, las flores que, como mensajeros y sus– titutos del dios, fecundan a la mujer. c) Finalmente, hombres completamente identificados por la his– toria, se dicen nacidos bajo la acción de los dioses'. Interpretando el sentido que puedan tener tales narraciones, po– dríamos resumir así nuestro pensamiento: 1. Sobre todo en los escritores primitivos, como Homero, las re– laciones entre los dioses y las mujeres nada tienen de virginales, ni aun en la pretensión de los que lo narran. Más bien se trata de ejem– plos míticos de sensualidad desbordante. Las "vírgenesn no son es– posas de un solo dios; están a disposición de todos ellos para las nupcias sagradas, siempre renovadas. Si se las denomina ((parthenos)) -virgen-, la palabra quiere ser una expresión de la vida eterna– mente joven, atrayente y fecunda. Para un griego, lo rigurosamente virginal excluye igualmente padre y madre, como lo expresa el mito de Atenea, la virgen por excelencia; porque ella, sin padre ni madre, había nacido de la cabeza de z,eus •. 2. Por otra parte, las narraciones ni tienen ni pretenden tener un sentido histórico; son más bien ((historias míticas)). Como los semi– tas condensaban su sabiduría y su interpretación de la vida en pa– rábolas, los griegos realizaban lo mismo contando «mitos)); desde los rapsodas primitivos hasta la cumbre del pensamiento heleno en Pla– tón. El mito de la virgen-madre es la expresión de la vida floreciente y triunfadora, inagotable y fresca en el continuo fluir del eterno re- 1,imilares ~e hallan recogidos especialmente por STEINMETZER, FR. X.: Empfan– gen vom Heiligen' Geiste. PRÜMIVI, K.: Der Christliche Glaube und die A.ltheídnfs– che Wclt. 2 vols. [._-eipzig, 1935, tom. I, pg. 253-333. 8. Cfr. vosTÉ: De conceptu virginali Jes1t Chrfati, pg. 59-66. 9. Cfr. KITTEL: Theologisches WorterlJuch Z1.tm NT., v. «parthenos», tom. V, pg. 822-835. Texto citado 011 la pg. 827. 2

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