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para sosegar y apaciguar y aquietar el espíritu en todos tus movimien– tos... Todo tu ejercicio ha de ser apaciguar tu corazón y no dejar que se desmande, sino que siempre esté en sosiego... Cuida de que nunca dejes que tu corazón se turbe, entristezca ni altere, ni se mezcle en cosa que lo desasosiegue... Pon tu espíritu en una paz quieta, que ni te turbes ni te alteres..., guarda tu alma pacífica y limpia... No tengas hiel ni amargura en ninguna cosa, ni pongas los ojos en las malicias y ma– los ímpetus de los otros; mas así como niño, sin dolor ni acedia, pasa por todo sin lesión tuya... 69 • Y así. Ahora bien, ¿cómo llegar a conseguir esa paz? La táctica de Alonso de Madrid y Juan de Bonilla, que recoge Lorenzo Scupoli en su Combate espiritual, se resume en este tríptico: inteligente descon– fianza en nosotros y en las cosas, plena confianza en Dios y perfecta unión de nuestra voluntad con la voluntad de Dios. La desconfianza en nosotros se llama humildad; la desconfianza en las cosas se llama cordura (Santa Teresa decía que confiar en las cosas y en las ayudas del mundo es fiarse de "unos palillos de romero seco" 70 ); la confianza en Dios se llama fe en la Providencia; y la unión de voluntades se lla– ma "amor puro". La humildad, la cordura, la fe y el amor -pilares de la paz- se ponen a prueba en las adversidades, en esa "batalla de obras e congo– jas e pensamientos y deseos" de cada jornada, como diría Fr. Alonso de Madrid 71 • Fr. Juan de Bonilla, con claras resonancias -hasta en el léxico- de San Francisco de Asís, nos lo recuerda hermosamente: "Para entrar por la puerta de la humildad has de trabajar por abrazar las tribulaciones y tenerlas por hermanas... Sólo Dios es tu favor, todo lo demás son espinas... Ten tu alma sola y siémbrela Dios... Sólo Dios lo ha de hacer todo.. , El Señor no quiere sino que te humilles delante de él y le ofrezcas un alma desembarazada y desatada de todo lo de la tierra, con un entrañable deseo de que en tí se cumpla perfectamente en todo la voluntad divina... Tu recurso sea la oración (a ejemplo de Jesús en Getsemaní) hasta hallar tu voluntad conforme con la de Dios, y sosegada y pacificada..." 72 • En resumen, la raíz de todos nuestros 69 P. FR. JuAN DE BONILLA, Tratado de la paz del alma. Publicado por el P. Fr. Ubaldo de Alen1;on, de los Frailes Menores Capuchinos. Paris-México 1912, cap. I, n. 3s.; cap. III, n. 1; cap. IV, n. 8; cap. XI, 6... 70 SANTA TERESA DE JESOS, Cuentas de conciencia .3ª, o.e., 'p. 457, l. 71 FRAY ALONSO DE MADRID, Espejo de ilustres personas. en "Místicos Franciscanos Españo– les", tomo I. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid 1948, cap. VIII, p. 196. n P. FR. JuANDE BONILLA, o.e. cap. II, n. 3; cap. IV, n. 1; cap. VI, n. 4s.; cap. VIII, n. 3. - 404-
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