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bre del 34, no le permitió comprobar, hasta las últimas consecuencias, lo fundado de sus temores. En otro orden de cosas, no podemos olvidar tampoco una dimen– sión importante, íntima, de la experiencia martirial de Fr. Luis. Me refiero al frecuente sufrimiento -muy a menudo exteriorizado con lágrimas- pensando en su indignidad y en sus infidelidades, en las ofensas que se hacían a Dios y en el mal que no podía impedir y en los sufrimientos de Cristo crucificado y de nuestra Sra. de los Dolo– res 55 . Completan el cuadro de sus inquietudes íntimas los temores, moralmente infundados pero hirientes, sobre su vocación y sobre su sacerdocio, a través de los cuales se revelaban, de vez en cuando, los planes bondadosamente purificadores de Dios 56 • 2. Fr. Luis y el secreto de su paz Me he extendido mencionando los "problemas" -algunos de los ''problemas''- del Fr. Luis. Queda por decir algo sobre "Fr. Luis y el secreto de su paz". Seré breve. El tema es interesantísimo, pero creo que será suficiente aludir apenas a unas pistas. Hablar de los tiempos recios, de los problemas de Fr. Luis pudie– ra dar pie a un equívoco: el equívoco de pensar en un hombre moral– mente hundido por unas circunstancias adversas, agobiado bajo el peso de una cruz. Y nada más erroneo. Los tiempos eran recios, las pruebas fueron duras, la idea de "Fr. Luis a contraluz" no es una poética me– táfora. Pero no es aquí donde se nos da la imagen habitual, la fisono– mía más encantadora y ejemplar -valga la expresión- de Fr. Luis. El Fr. Luis que todos conocieron fue, ante todo y sobre todo, un hombre de inmensa, de sobrehumana paz. A juzgar por los rasgos externos de su vida, nadie diría -casi- que le tocaron tiempos difíciles y que hubo de soportar pruebas muy duras. Incluso en los momentos personalmente más penosos, desconcertó y edificó con su radiante serenidad. Los testimonios cualificados son abundantes. "Nunca se le vio contrariado en ninguna situación adver– sa" 57 . "Nunca perdía la serenidad y el equilibrio" 58 • "Nunca le vi abatido en las dificultades y contingencias de la vida" 59 . Valga por 54 P. MARIANO RAMO LATORRE, T.C., o.e. vol. II, p. 241. 55 Cfr. P. MARIANO RAMo LATORRE, T.C., o.e. vol. II, p. 158s., 25 ls. 56 Cfr. P. MARIANO RAMO LATORRE, T.C., o.e. vol. I, p. 328s.; II, p. 106s. 57 P. MARIANO RAMo LATORRE, T.C., o.e. vol. II, p. 89; I, p. 115. 58 P. MARIANO RAMo LATORRE, T.C., o.e. vol. II, p. 126. 59 P. MARIANO RAMo LATORRE, T.C., o.e. vol. I, p. 171. - 400-

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