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Ascenso vivencia! de san Francisco 283 aquel a quien reiteradamente invoca: Pater sancte. De esta comunión filial de Jesús quiso hacerse partícipe. A nosotros toca meditar en ella con detenida reflexión. Piedad.filial de los hijos adoptivos reconciliados con el Padre Los franciscanistas advierten en el Officium Passionis de Francisco que el salmo VI de Nona da una sustancial inflexión al mismo. Hasta casi el final de este salmo la historia de salvación, planeada por el Padre y asumida por Jesús en sus duras exigencias, es el gravísimo asunto que recuerdan y comentan los salmos de las horas previas. En la hora de Nona el salmo empalma con los anteriores, como lo declara este su primer verso: O vos omnes qui transitis per viam... Pero los dos versos finales proclaman la obra redentora de Jesús en estos términos: «Bendito sea el Señor Dios de Israel, que redimió las almas de sus siervos con su propia santísima sangre» - «de . . • . 64 proprio sanctissimo sangume suo» . Esta redención salvífica, obra de la sangre de Jesús, canta el salmo VII de Vísperas. Esta es su cuádruple temática. Los primeros versos invitan a todas las gentes y pueblos a elevar un canto al Altísimo. El tercer verso da una síntesis del misterio salvífico que justifica plenamente este júbilo: «Porque el santísimo Padre del cielo, Rey nuestro antes de los siglos, envió desde lo alto a su amado Hijo, quien realizó la salvación en medio de la tierra». Ejecutado este divino plan de salvación, las criaturas todas se sienten reconciliadas con su Creador. Entonces los cielos, la tierra y el mar, los campos y cuanto hay en ellos cantan a Dios un cántico nuevo. Este es el tercer tema de este salmo. Al que añade este cuarto. Contra cualquier ilusionismo que todo lo fía a la obra de Jesús, Francisco exige la cooperación del hombre. Con palabras bíblicas la pide en el último verso: «Mantened firmes vuestros cuerpos y cargad con la santa cruz de Jesús; seguid hasta el f . 1 ~ . 65 ma sus santísimos preceptos» · . Desde el salmo VID al XIV Francisco canta a Dios por haber dado su gracia a los redimidos. Alcanza este canto plena sonoridad en el XV, salmo para el tiempo de Navidad, último del Officium. Es un nuevo canto de júbilo ante la misericordiosa historia salvífica, planeada por el Padre. Qué bien lo dicen estas delicadas palabras de Francisco en el verso tercero: «Porque el santísimo Padre del cielo, nuestro Rey antes de los siglos envió de lo alto a su 64 Officium Passionis. Ad Nonam, Ps. VI, v. 1-15, en Opuscula..., 201- 203. 65 Officium Passionis. Ad Vesperas, Ps. VII, v. 1-11, en Opuscula..., 204- 220.

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