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Ascenso vivcncial de san Francisco 275 Frente a este Dios, como Tú, antes que los doctores escolásticos reflexionaran sobre lo personal e impersonal dentro de los atributos divinos, Francisco tuvo una experiencia muy viva de estos atributos, contemplándolos como corola de su Padre celeste, en quien los veía ingenuamente personalizados. Esta reflexión que juzgamos motivada, da pie para pensar que esta experiencia de Francisco creó clima mental para la escuela franciscana de teología. En línea con su seráfico maestro, San Buenaventura da principio a su Itinerarium mentís in Deum, invocando al Padre de las luces, de quien viene toda dádiva preciosa y todo don perfecto. Y el método teológico, racional-afectivo, que propone al final de su introducción al bello opúsculo, ha sido autorizado por el Vaticano II en el decreto Optatam totius, cuando pide que las disciplinas teológicas sean enseñadas en tal modo que vengan a ser alimento de la propia vida espiritual. Cita entonces en nota el texto bonaventuriano que, por su importancia, recopiamos: «(Nemo) credat quod sibi sufficiat lectio sine unctione, speculatio sine devotione, investigatio sine admiratione, circumspectio sine exsultatione, industria sine pietate, scientia sine caritate, intelligentia sine humilitate, studium absque divina gratia, speculum absque sapientia divinitus inspirata» 47 . También el Doctor Sutil, beato Juan Duns Escoto, sigue este método franciscano de hacer teología: al abrir sus reflexiones cumbres, De Primo Principio, eleva su mente al mismo con esta comunión dialógica que viene a ser una oración: «¡Oh Señor Dios nuestro! Cuando tu siervo Moisés inquirió en Ti, Doctor veracísimo, cuál es tu nombre, para que él, a su vez, pudiera decírselo a los hijos de Israel, Tú, que conoces la capacidad del entendimiento humano respecto de Ti, se lo diste a conocer respondiendo: Yo soy el que soy. - Tú eres el ser verdadero. Tú eres el ser total. Esto es lo que, si me fuere dado, quisiera yo comprender. Ayúdame, Señor, en mi · · ·, 48 mvestigac1on... » . Ha sido pena que la teología católica no haya tenido suficientemente en cuenta esta experiencia teológica de comunión del yo humano con el Tú divino. La inflexión que el Vaticano II ha dado a la teología nos incita a seguir por esta vía. Por fortuna, ya se va entrando por ella, como ya hemos 47 Conc. Vaticano II, Optatam totius, decreto «sobre la fmmación sacerdotal» (28-X-1965), n. 16 (ed. esp. B.A.C., Madrid 1965, 470). 48 J. DUNS SCOTUS, De primo principio, Prologus (ed. esp. en Obras del Doctor Sutil Juan D1ms Escoto, B.A.C., Madrid 1960, 595). Cf. B. DE ARMElLADA, JI beato Giovanni Dum Scoto nella spi– ritualitüfíw1cescana, en Laurentianum 34 (1993) 3-31.

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