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266 Enrique Rivera Esta conclusión a la que hemos llegado parece corroborada por la Regla primera de S. Francisco, aprobada viva voce por Inocencio ID. Es sabido que se perdió. Pero conocemos el clima espiritual que ha dado sustancia a la misma, según ya anteriormente indicamos. Cuthbert Hess, biógrafo autorizado de Francisco en este siglo, ha afrontado este tema con decisión. Discutido el texto que propone de la misma, parece acertado al señalar el clima en que la Regla surge. Este clima nos lo dan a conocer algunos textos que, según el biógrafo, pueden aceptarse como primitivos. De seguro que al principio de la misma se leía la invocación a la Trinidad y la promesa de obediencia al Papa. A este preámbulo seguirían los textos evangélicos que fundamentaban la nueva vida y algunas ordenaciones para regular la convivencia fraterna. El biógrafo citado propone tales textos y ordenaciones. Juzga su selección muy motivada 26 • Los franciscanistas han discutido este intento y no han estado acordes en aceptarlo. Mas al margen de tan difícil cuestión histórica, los textos seleccionados con mucho criterio histórico señalan el núcleo central de aquella Regla primera. Se la siente vinculada al evangelio de los sinópticos, tanto en lo que toca a la renuncia de todo en seguimiento de Cristo, cuanto en lo referente a la vida apostólica que, evangélicamente, han de practicar Francisco y sus primeros hermanos. Si se menta al Pater Noster es para indicar el modo cómo los hermanos han de practicar el rezo de las horas canónicas, cuando ignoraban, según Celano, el oficio eclesiástico 27 , o no tenían, como informa San Buenaventura, los libros necesarios para poderlo recitar 28 • Pero este Pater Noster, inicialmente vivido como rezo litúrgico, vendrá a ser, en un crescendo, vida y canto. Como vida lo reclama Francisco en su // Carta a los Fieles, cuando pide a estos elevarse a Dios día y noche diciendo el Pater Noster. Alega en pro de su consejo esta consigna evangélica: «Conviene siempre orar y no desfallecer» (Le 18, 1)2 9 • Esto era pedir que el Pater Noster llegara a ser la respiración oracional de la vida cristiana de los fieles. Cuánto más de sus hermanos religiosos. Por lo que toca al canto, es 26 FATHER CUTHBERT, Life ofSt. Francis ofAssisi, London, New York..., 1925. En el texto de la obra se da un esbozo de la Regla aprobada por Inocencio m, 103-106. Y en el Appendix I: The pri– mitive Rule ofSt. Francis se la estudia más ampliamente, 465-476. (Tr. española, en Editorial Franci– scana, Barcelona 1928. Los textos citados, en 112-116 y 501-515). 27 / Ce/. n. 45 (B.A.C., 169). 28 Legenda Maior, IV, 3 (B.A.C., 400). 29 Epístola ad Fideles II (EpFíd m n. 21, en Opuscula..., 118.

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