BCCCAP00000000000000000001430
156 Jaime Rey Escapa Muchas veces el hombre pierde la libertad a causa del pecado, pero gracias a la gracia, y valga la redundancia, el hombre puede volver a recuperar la libertad perdida. La gracia no sólo tiene repercusiones a nivel personal, también tiene reper– cusiones a nivel comunitario-social. El hombre no está llamado a vivir su li– bertad y su amistad con Dios sólo de modo individual, sino comunitario. La Iglesia es entendida bajo la categoría de Pueblo, como comunidad de herma– nos. Hombres que comparten libremente la alegría de ser amigos de Dios, es decir, de vivir en gracia. Esto, a su vez, nos invita a leer las relaciones huma– nas en clave de libertad graciosa, o lo que sería lo mismo, en clave de amistad y solidaridad. La gracia rompe las resistencias internas que nos impiden ver, descubrir y comunicar todo lo positivo que hay a nuestro alrededor. Nos invi– ta también a salir de la esclavitud de nuestro egoísmo y de nuestra visión re– ducida y empobrecedora de nuestra realidad 189 • 3.5. Libertad socio-política Como es natural, la libertad también tiene consecuencias a nivel social e incluso a nivel político. En los escritos de Escoto aparecen algunas ideas so– bre este tema, pero desgraciadamente se trata de simples pinceladas. Aún así, merece la pena señalar la carga de actualidad que poseen. Trataremos de pre– sentar los aspectos sociales más importantes. No será difícil encontrar algún paralelismo entre el pensamiento de Escoto y ciertas tendencias de nuestra cultura contemporánea, paralelismo que, una vez más, pone de manifiesto la actualidad de Escoto. A lo largo de todo el trabajo hemos venido repitiendo que Escoto tiene más conciencia de teólogo que de filósofo. Tanto sus ideas filosóficas como socio– políticas tienen un fundamento teológico. Todo está internamente relacionado, y es el amor el que actúa como nexo unitivo. Cuando se habla de amor a Dios, a uno mismo o al prójimo, se está hablando del mismo amor. En este sentido, el que se desprecia a sí mismo para amar a Dios se está amando a sí mismo. El amor unifica todas las relaciones y las conserva. Escoto ve el amor-caridad solamente allí donde es amado Dios. Las relaciones entre los hombres, cuan– do se basan en la caridad, son verdaderamente deificantes. Así, la caridad ha- 189 Cf. L. BoFF, Lo sobrenatural y la teología de la liberación, en Verdad y Vida 43 (1985) 57-77.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz