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154 Jaime Rey Escapa Escoto se plantea si es necesario para el hombre viador poseer la caridad formalmente inherente para ser aceptado por Dios 181 • Dios no está obligado a poner el acto de caridad o de gracia santificante en un alma para que ésta sea formalmente aceptada y ordenada a la vida eterna. Nada creado puede ser ra– zón necesaria para la aceptación divina si aplicamos el principio metafísico de que Dios crea aquello que quiere 182 • Existe un desequilibrio ascendente y es Dios quien lo compensa. Esto expresa la realidad de la gracia que es Dios mi– smo en la voluntad de su comunicación amigable, absolutamente incondi– cionada. La teología escotista de la libertad de Dios y su aplicación a la doc- . trina de la aceptación divina como razón última de la santificación del hom– bre no lleva a hacer de la gracia algo independiente de su fuente 183 • En el orden actual, dice Escoto, la aceptación divina de Dios produce en el alma el hábito sobrenatural de la caridad. La voluntad divina absolutamente li– bre se compromete a aceptar para la vida eterna a todos los hombres que po– seen la caridad 184 • Se trata de la predestinación en cuanto acto de la voluntad divina, por el que el hombre es llamado a poseer la gloria eterna y la gracia necesaria para conseguir este fin. Éste es un acto completamente libre de Dios que no le crea ninguna obligación con respecto a la criatura 185 • Dios crea lo que ama. La amistad de Dios con el hombre, la gracia, no puede ser en sí otra cosa que el querer de Dios absolutamente libre. Por la gracia, el hombre es aceptado por Dios en amistad sobrenatural 1 86 • Esta aceptación no implica, por parte de Dios, ninguna realidad nueva, porque Dios es absolutamente inmutable. Solamente se produce un cambio en la cria– tura, cambio que en su referencia a Dios, como intimidad naturalmente inac– cesible, debe ser intrínsecamente sobrenatural. Así es la gracia santificante y la virtud en la que la gracia se desarrolla como proceso de vida sobrenatural. 181 "Utrum in anima viatoris necesse sit ponere caritatem creatam formaliter inhaerentem ad hoc, uta Deo acceptetur". Rep. Par., I, d. 17, q. 1 (XXII, 204a-208a). 182 La aceptación divina es el acto por el que Dios acoge o acepta un bien menor en orden a un bien mayor. En la doctrina escotista aparece la aceptación divina como un elemento constitutivo de la justificación del hombre. 183 Cf. Rep. Par., I, d. 17, q. 2, n. 5 (XXII, 210ab). 184 Escoto identifica la gracia santificante con el hábito de la caridad. Tenemos que tener en cuen– ta también que para que un acto sea aceptado por Dios como meritorio, es necesario que la voluntad libre tome también parte en la producción del acto. 185 Cf. B. BONANSEA, L'uomo e Dio nel pe11siero di Du11s Scoto, 243-247. 186 Cf. Ord., II, d. 29, q. 1, nn. 4-5 (XIII, 272a-274a).
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